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Enseñanza
Centrada En El Desarrollo De Estudiantes Universitarios.
Javier
Calvo de Mora Martíneza
Correo-e:[email protected]
Universidad de Granada, España
Resumen
La caducidad del conocimiento, complejidad
de los problemas, democratización
de la sociedad, interdependencias y globalización del conocimiento,
junto a la importancia del sujeto (el yo) y el caso único
y las nuevas formas de organización del trabajo en las empresas
son, entre otras tendencias y realidades, la justificación
del cambio en la enseñanza y la organización de las
universidades. Respecto al cambio en la enseñanza la tendencia
es el desarrollo de prácticas centradas en el aprendizaje
y, en la organización de las universidades, la reconsideración
de los departamentos universitarios como espacios de deliberación
colectiva. Estas dos realidades -enseñanza y departamentos
universitarios- son interdependientes. La construcción de
los nuevos conceptos tales como interdisciplinariedad, trabajo activo,
entre otros, son el resultado de esta relación mencionada
anteriormente.
Palabras clave: Aprendizaje activo, enseñanza centrada en el
aprendizaje, departamento universitario y aprendizaje permanente, diálogo
en el aula.
Abstract
The knowledge outdated, complexity of the problems, democratisation of
the society, interdependencies and knowledge globalisation, next to
importance of individual (self), unique case and new work structures
in the companies are, between other tendencies and realities, the justification
of the change in the teaching and universities organisation Regarding
for the change of tendency is towards two aspects: the teaching in
centred learning development and, in the universities organisation,
the reconsideration of the university departments as spaces of collective
deliberation. These two realities
-teaching and university departments- they are interdependent. The construction
of the new such concepts as interdisciplinary teaching, active learning,
among others, they are the result of this relationship mentioned previously.
Keyword: Active learning, learning centred teaching, university department,
lifelong learning, dialogue in the classroom.
Nuevos mitos
El concepto clave de la enseñanza e investigación en la
universidad siempre ha sido “capacidad de aprendizaje”. El
significado, la interpretación y valoración de esa capacidad
ha evolucionado y cambiado según las tendencias de la consideración
del conocimiento y la innovación en la universidad (Butera, 2000;
Buckley, y Hurley, 2001) y en la sociedad (Von Krogh, 2000) cuyas evidencias
son:
Primero, respecto al conocimiento es la lectura económica y empresarial
debida a la necesidad de formación de “capital humano” (Bueno,
1998) adaptado a las sociedades poseedoras de la información -y
la posterior construcción de conocimiento- cuyo valor básico
es la producción de riqueza, a partir de dos tendencias: Por un
lado, liberación y transformación de la inteligencia en
decisiones buenas para la empresa y, segundo, “organización
de la empresa donde las personas expanden continuamente sus conocimientos
y aptitudes para crear resultados deseables, donde se cultivan nuevos
y expansivos patrones de pensamiento, donde la aspiración colectiva
queda en libertad en donde las personas continuamente aprenden a aprender
conjuntamente” (Bueno, op.cit.). La consecuencia de ese valor es
la competencia necesaria para desenvolverse en la economía actual:
competencias de aprendizaje y dominio de contenidos instrumentales: lenguas
modernas, lenguajes informáticos y procesos de transformación.
El concepto de competencia de aprendizaje se utiliza en el ámbito
de la empresa para indicar las habilidades adquiridas por cada trabajador
para interpretar y crear diferentes tipos de conocimientos pertinentes
relacionados con su trabajo. Por otro lado, el dominio de instrumentos
de relación social, en el ámbito internacional de las sociedades
económicamente avanzadas, requiere hablar la lengua inglesa -entendida
como lengua internacional- y dominio de medios informáticos, sobre
todo los relacionados con las nuevas tecnologías de la información
y comunicación. Desde esta evidencia, la capacidad de aprendizaje
necesaria, es la adaptación de la realidad global y local que
constituye la referencia del trabajo de cada estudiante. Este mito de
tecnología intelectual ha generado el vocabulario de la acción
social en las organizaciones (capital humano; capital intelectual; activos
intangibles; proceso de aprendizaje; organización inteligente;
aprendizaje organizativo; conocimiento explícito; trabajo en red;
conocimiento tácito y gestión del conocimiento) en las
que trabajarán los egresados de las universidades.
Segundo, la capacidad de aprendizaje de nuevos profesionales significa
innovación de procesos para producir nuevos y/o mejores productos.
Esta tendencia se ha centrado más en las estructuras y procesos
de las organizaciones denominándose el nuevo mito aprendizaje
de las organizaciones -aprendizajes metacognitivos- para adquirir, transferir
e interpretar conocimiento con el colectivo de la organización.
El objeto de esta capacidad es aprender a trabajar en coordinación
y cooperación, en equipo, compartiendo informaciones, conocimientos,
ideas y creencias. El contexto es delegación de responsabilidades
y nuevas estrategias de control del proceso de producción basado
en asumir nuevas responsabilidades y compromisos de los trabajadores
con las “filosofías” de las empresas. Otro concepto
añadido al mito de la innovación es trabajo en red para
compartir metas, conocimientos, recursos y personal entre organizaciones
e instituciones con diferentes propósitos: mejoramiento de recursos
mediante préstamo, colaboración y formación de equipos
multidisciplinares e innovación en conocimientos interdisciplinares
para resolver problemas complejos. Esta capacidad interdisciplinar constituye
el principal aprendizaje orientado a la aproximación global a
la realidad caracterizada por las tendencias de interdependencia e interinfluencia
en diferentes niveles (colectivo, individual, etcétera) y ámbitos
(económico, político, cultural, social e institucional).
Tercero, capacidad de aprendizaje múltiples roles educativos y
administrativos es el reto más importante de la formación
de profesorado (Rosenblatt, 2001). Las acciones educativas son aquellas
que corresponden a promover el saber de valores, habilidades, procesos
de trabajo, desarrollo cognitivo y socialización. Las acciones
de administración de la escolarización se refieren a la
instrucción y aprendizaje de los contenidos pertinentes de las
asignaturas distribuidas en el programa de estudios. Esta distinción
entre educación y escolarización es análoga a la
dualidad proceso y contexto institucional (Schostak, 2002) de las acciones
de enseñanza y aprendizaje. La acción cotidiana de cada
docente en este doble ámbito es compleja porque es una fuente
de dilemas y contradicciones profesionales, por ejemplo, la educación
del alumnado y las exigencias de promoción y selección
de estudiantes (promovidas por las autoridades educativas) crean un espacio
de dilema entre escoger una opción educativa más inclusiva
u escolar más excluyente.
Cuarto, el mito de la creciente diversidad de estudiantes y descentralización
del sistema educativo. Toda la población de estudiantes “debe” alcanzar
niveles comunes de excelencia mediante la promoción de la equidad
e igualdad de oportunidades. Este fin es común a las diferentes
tendencias educativas; el problema surge en los medios o estrategias
pertinentes a esos fines (Mayher,1997). Con otras palabras, los medios
o estrategias son evidencias de interpretaciones del principio de equidad
e igualdad. Para las opciones conservadoras equidad significa diversificar
las oportunidades desde la opción de “escoger” a partir
del “rendimiento escolar”. Las opciones más progresistas
del principio de equidad se apoyan en la comprensividad y mejora del
aprendizaje en el proceso de escolarización. Este dualismo excluyente
son reflejos de ideologías sociales y políticas que sustentan
las creencias del mito de “sociedad del aprendizaje” o paidea
y las diferentes aproximaciones a la interpretación de la universalización
de la educación.
Estos mitos han justificado también el cambio en la educación
superior universitaria. El núcleo común de esos cambios
es la necesidad de formar nuevos profesionales para el mercado del trabajo
correspondiente. Universidad y empresa no son dos realidades contradictorias,
más bien la última ofrece a cada institución universitaria
el modelo de acción (valores y normas) para que adopte una estructura
isomorfa a las actividades centrales de la organización empresarial
y adaptadas a demandas y obligaciones propias del mercado del trabajo
cualificado. Este cambio significa la adaptación de medios a los
fines: las competencias y habilidades demandadas por las empresas son
el marco de referencia o estándares de la formación de
estudiantes universitarios.
Las insuficiencias de estas estrategias pragmáticas y utilitaristas
son de diverso tipo: quienes los definen se han olvidado que la capacidad
de aprendizaje va más allá del dualismo adaptación-reproducción
y se aproxima más a la acción de comprensión; segundo,
la capacidad del alumnado universitario se amplía a partir de
la evidencia de inteligencias múltiples, porque cada sujeto es
capaz de transformar informaciones, conocimiento profesional, cultural,
político, social u otros propios de cada ciudadano; tercero, las
nuevas capacidades requieren nuevas experiencias de aprendizaje tendentes
a la interacción reflexión y acción necesaria para
la construcción del conocimiento y, cuarto, los cambios estructurales
de los sistemas e instituciones educativas públicas, centradas
en la doble dimensión global y local, son otra ausencia de este
discurso económico. En este trabajo voy a ampliar la tercera y
cuarta insuficiencias.
Procesos de aprendizaje del adulto
El ser humano, en el contexto social del siglo XXI, es una persona múltiple
(persona tecnológica; económica; social y cultural) que
aprende en un mundo global y local y, además, ocupa diferentes
espacios urbanos,rurales y virtuales (Echevarría,
2002). La tendencia es ampliar la capacidad de conocimiento de cada sujeto
y las relaciones sociales
con diversos grupos y colectivos de ciudadanos y ciudadanas. Este proceso
de aprendizaje del adulto es la referencia de la enseñanza en
las instituciones universitarias. Las capacidades de aprendizaje del
alumnado universitario representadas en el Gráfico 1 indican la
diversidad y complejidad de las interacciones entre cada sujeto y sus
mundos.
El capital de conocimiento de cada estudiante va construyéndose
por aprendizajes sucesivos de conocimiento previo o interno del mundo
académico (asignaturas) y social (relaciones con otros) facilitado
por las rutinas, procesos de acción o estilo de vida (Killeavy
y O’Moore, 2001) (conocimientos internalizados) caracterizados
por la relación establecida (investigación, observación,
reproducción, etcétera) entre cada estudiante y el mundo
del conocimiento. Las formas de vida son las evidencias de esa construcción
desde la perspectiva de las estrategias y tácticas de conocimiento,
que son el texto de la agenda de cada estudiante. Las estrategias de
conocimiento son: estudio en biblioteca, asistencia a clases, participación
en seminarios de investigación, asistencia a conferencias, entre
otras actividades. Las tácticas de conocimiento son: método
de estudio, resolución de problemas, distribución de tareas,
formulación de proyectos entre otras acciones encaminadas a crear
rutinas de organización el acceso a la información y procesos
de reflexión para comprenderla. Por consiguiente, el aprendizaje
adquirido significa transformación de información en conocimiento
de competencias diversas, por ejemplo: cómo resolver problemas,
qué informaciones son relevantes y cuáles secundarias;
cuáles son los principios teóricos de las asignaturas;
aplicación o transferencia del conocimiento a nuevas situaciones,
etcétera. Así, la definición de capital humano es
más cualitativa que cuantitativa: más que la cantidad de
información disponible son las capacidades de reflexión,
crítica, innovación, actitudes de cooperación y
colaboración, modelos mentales que faciliten el desempeño
de la comprensión, creatividad u otras necesarios para utilizar,
aplicar y transformar el conocimiento disponible y acceder a la comprensión
de nuevas informaciones para incorporarlas al desarrollo de cada profesión.
El problema que plantea cada profesor y profesora universitarios es el
lugar que ocupa la enseñanza en esta bienintencionada declaración
del aprendizaje de estudiantes y formación cualitativa de capital
humano.
Grafico 1 Proceso de aprendizaje del adulto
Mundos |
Sujeto |
Otros
|
Mundos y conocimiento |
Enseñanza |
Conocimientos internos |
Tipos de Relación:
Directa (investigación, reflexión, acción, observación...)
Interacción entre pares o iguales
(amistad, familia, comunidad)
Virtual (TIC, etc.)
|
Enseñanza |
Conocimientos internalizados |
Enseñanza |
Aprendizajes:
Transformaciones |
Tipos de Instituciones u organizaciones:
Empresas
Centro de escolarización
Universidades
Centros comunitarios
Empresas de comunicación, etc. |
Enseñanza |
Competencias |
Enseñanza |
Capital Humano |
El gráfico anterior representa la acción de la enseñanza
en las diferentes fases del aprendizaje. Además, enseñar
significa ayudar a aprender a cada estudiante universitario. Cada profesor
o profesora propone a sus estudiantes una agenda de aprendizaje; sus
estrategias de investigación en la acción, de trabajo en
el aula y en el laboratorio o biblioteca, u otros espacios institucionales
para desarrollar el aprendizaje, conversaciones y diálogos, enseñanza
tutorial, consejos, propuestas u otras acciones similares. Con otras
palabras, la característica más importante de la enseñanza
universitaria se apoya en la “individualización de la enseñanza” y
la consideración de cada estudiante como caso único. Desde
esta perspectiva conceptual la tarea del docente universitario es comprender
el desarrollo cognitivo de sus estudiantes (cómo llegan a conocer
la realidad) para ayudarles a mejorar ese proceso, a ese objeto de comprensión
lo denomino capacidad de aprendizaje.
Capacidad de aprendizaje
La alternativa al discurso económico de la educación es
el concepto desarrollo de estudiantes universitarios. El marco teórico
de este concepto es, por un lado, la propuesta de estilos y círculos
de aprendizaje de Kolb (1979, 1995) y la construcción de teorías.
Para Kolb los estudiantes pueden adoptar cuatro estilos de aprendizaje
metacognitivos: convergencia, divergencia, asimilación y acomodación.
Convergencia se caracteriza por aquellos estudiantes que buscan resolver
problemas apoyándose en un proceso de razonamiento hipotético-deductivo.
Divergencia es la estrategia de observación de acercamiento a
problemas, o a la realidad estudiada, desde diferentes perspectivas y
que se apoya en una suerte de generación de ideas (brainstorming)
y casualidades (serendipity) para encontrar una vía de solución.
Asimilación es la estrategia de aquellos y aquellas que resuelven
problemas con un razonamiento inductivo y mediante la habilidad para
crear modelos teóricos como marcos de referencia del problema.
Acomodación es la estrategia conducida por estudiantes que resuelven
problemas mediante experimentaciones, planes y adaptándose a las
circunstancias específicas que surgen en este proceso de ensayo
y error. Estos estilos de aprendizaje son interdependientes si observamos
la propuesta de evolución (desarrollo) ideada por Kolb: experiencia
concreta (emociones y experiencias concretas que interesan a estudiantes
para motivar extrínseca e intrínsecamente influyen en el
aprendizaje); observación reflexiva (participación en procesos
y experiencias con una actitud crítica y reconstructiva); conceptualizón
activa (utilización de métodos sistemáticos de pensamiento
y análisis que influyen en el aprendizaje) y experimentación
activa (propuestas de acciones y planes de acción hacia resultados
concretos). Estos dos ámbitos -estilos de aprendizaje y proceso
de construcción de conocimiento- definen el concepto de desarrollo
de estudiantes. El Gráfico 2 representa la definición de
una espiral de progreso de reflexión y acción permanentes.
Gráfico 2
Proceso de aprendizaje de Kolb
El proceso de aprendizaje es posible al experimentar
hechos, acontecimientos, vivencias, errores u otras referencias de
la vida cotidiana o académica
a las que cada sujeto otorga algún significado e interpretación
debido al interés que suscita la comprensión de esa realidad:
bien sea por la obtención de algún beneficio, por la necesidad
de alcanzar un resultado satisfactorio, por la obligación u otra
justificación que compromete a cada sujeto con alguna referencia
de la realidad. En esta fase de exploración, a partir de tentativas
no sistematizadas, se ha denominado divergencia y empleo de observaciones
y reflexiones necesarias para incorporar o asimilar qué ocurre
en el medio que actuamos. Este ejercicio de comprensión concluye
al formar conceptos abstractos y generalizaciones (esquemas) que permiten
generar una explicación de los hechos, acontecimientos u otras
experiencias objeto de estudio, esto es, de aprendizaje. En los contextos
académicos, la mayoría de estudiantes concluyen el aprendizaje
de las diferentes asignaturas en la formación de esquemas cognitivos.
En cambio, otras metodologías activas de enseñanza impelen
que el alumnado investigue, es decir, que empleen algún método
hipotético-deductivo de solución de problemas para generar
nuevos conocimientos susceptibles de comparación y contraste con
las experiencias vividas en el proceso de adquisición de conocimientos
en el aula. Dicha fase de investigación y descubrimiento se denomina
prueba de las implicaciones en situaciones nuevas, para adecuar ese conocimiento
al mundo externo y ampliar, cambiar, mejorar el conocimiento de ese mundo.
Esta es la fase de acomodación entre el conocimiento obtenido
por cada estudiante y el mundo externo; en nuestro caso, las informaciones
transmitidas en el aula, el marco teórico de la asignatura, principios
básicos de cada área de conocimiento u otro marco de referencia
escogido para promover el aprendizaje.
La nueva agenda del profesorado
universitario: Reflexionar sobre
la vida de sus estudiantes
John Dewey (1993) definió el pensamiento reflexivo como fases
que comienzan por un estado de duda, vacilación o dificultad mental
que origina el pensamiento, seguido por un acto de búsqueda o
cuestionamiento para encontrar material que resolverá esa duda.
La reflexión también se puede definir como un acto de pensamiento
deliberado e intencional, el cual se centra en las diversas respuestas
a las situaciones problemáticas.
Fue Schön (1998) quien popularizó la imagen del “práctico
reflexivo” por extensión de las ideas fundamentales de Dewey.
Esto condujo a Schön a acuñar los términos “reflexión-en-acción” y “reflexión-sobre
la-acción” como dos formas de pensamiento reflexivo. Su
modelo de epistemología de la práctica fue oportuno y bien
recibido dentro de la formación del profesor y la investigación
educativa. De acuerdo con Schön la reflexión en la acción
reconoce que el proceso tácito de pensamiento (el cual acompaña
la acción y el cual constantemente interactúa y modifica
la práctica en curso) es un proceso de aprendizaje inconsciente,
tácito y no verbalizado. La reflexión sobre la acción,
por otro lado, significa ganar conocimiento de la experiencia: es un
pensamiento deliberado y sistemático que vuelve sobre la acciones
de cada sujeto. Estos dos procesos juntos, en términos de Schön,
forman el corazón de la dimensión artística profesional
del práctico reflexivo propuesto por Ruth Leitch, y Christopher
Day (2000): Se supone que soy el que sabe, pero no soy el único en situación
de tener conocimiento relevante e importante. Mis incertidumbres pueden
ser una fuente de aprendizaje para mí y los demás. Tengo
que buscar conexiones con los pensamientos y sentimientos del cliente
para permitir que su respeto hacia mi conocimiento surja de su propio
descubrimiento de la situación. Además, tengo que buscar
la sensación de libertad y de conexión real con el cliente,
como una consecuencia de no necesitar el mantenimiento de la fachada
de profesional experto.
La formación de profesionales de la enseñanza se basa
en la adaptación de la enseñanza a cada estudiante. Por
ejemplo, obteniendo información de todas las circunstancias vitales
o el mundo de vida del sujeto: familia, amigos, aficiones, comunidad
de pertenencia, estudios realizados, situación económica,
trabajos que desempeñan y otros contextos relevantes para el aprendizaje
de cada sujeto. En el cuadro se representan los ámbitos con los
que se relacionan los individuos, a partir de tres acciones complementarias
del aprendizaje de la experiencia: reciprocidad, reflexión y reflexividad.
Gráfico 3
Dimensiones del contexto social de acción y reflexión
Reciprocidad es la construcción de conocimiento a partir de la
interacción con los contextos que suscitan interés en los
individuos. Es lo que se ha denominado la acción significativa,
es decir, aquellos ámbitos cercanos que son fácilmente
comprensibles y en lo que cada sujeto se siente emocionalmente a gusto
o a disgusto: aprendizaje de una vuelta” (Argyris, 1985). La reflexión
constituye el proceso de aprendizaje de y con esa realidad1, donde cada
individuo llega a apreciar las discrepancias, similitudes, aceptaciones
y rechazos que encuentra en el mundo que vive: a ello se denomina aprendizaje
de segunda vuelta o el aprendizaje del yo, del sí mismo distanciado
del conocimiento de los otros sujetos con los que interactúa.
El tercer término, reflexividad, es una capacidad de conocimiento.
En el Gráfico 3 los dígitos marcan las aproximaciones de
las ocho dimensiones interdependientes que construye cada sujeto. Así,
el dígito 4 representa un conocimiento segmentado de la realidad,
una aproximación dispersa a los diferentes contextos en los que
vive cada sujeto. El dígito 1, por el contrario, es una abstracción
de la estrecha interrelación entre esos ámbitos de interacción;
cada sujeto ha llegado a integrarse una realidad coherente, interrelacionada,
fácilmente reconocible, de tal forma que ese individuo “es
una parte de ese paisaje”.
El método seguido para construir el conocimiento de la realidad
social sigue la espiral de experiencia-observación-reflexión-acción
propuesta por Kolb en el apartado anterior de este trabajo. Y se denomina “construcción
de significado”:
Es el proceso con que la gente intenta construir explicaciones significativas
a las situaciones y sus experiencias dentro de aquellas situaciones.
La construcción de sentido entonces vincula un intrincado (y frecuentemente
inconsciente) proceso de atención, comparación, atribución,
relación, reflexión, retención y así sucesivamente” (Giogia,
1986). Y la construcción de sentido de la gente corriente implica
el proceso, procesamiento racional de señales de información
actual para llegar a alguna conclusión cognitiva que ha sido desafiada
y generalmente desacreditada por filósofos y teóricos de
la organización. La perspectiva más ampliamente aceptada
por la construcción de sentido es conocer como construcción
retrospectiva. Esta posición argumenta que uno no puede dar sentido
a los eventos y acciones hasta que ellos han sido completados y entonces
se les echa un vistazo retrocediendo en el tiempo para construir el significado
de los eventos. Esto es, un paréntesis, un segmento de la corriente
de la experiencia de uno que se analiza, como podría hacerlo un
observador externo, en orden a decidir lo que significa esa porción
del tiempo.
La autorreflexión del momento sobre cómo comprendemos eventos
y acciones puede demostrar la validez de esta visión. Al menos
podemos examinar los resultados de nuestras acciones, no es fácil
discernir su significado. Tales observaciones permitieron a Weick concluir
que “todo conocimiento y significado se origina de la reflexión”.
Esta observación en curso es esencialmente una falacia. La visión
es que la construcción de sentido importante para la comprensión
de la aprehensión y acción en las organizaciones. Significa
que la noción que la gente comprende mediante un proceso cognitivo
es una construcción retrospectiva de significado, se experimenta
frecuentemente como una revelación cuando es aceptada como válida
más tarde. Es claramente el caso, además, de dar sentido
a los eventos, unos típicamente fuera de la experiencia vivida
de uno y analizada retrospectivamente.
La reciprocidad entre comprensión y acción es la principal
premisa para decidir procesos de enseñanza pertinentes para ayudar
al aprendizaje de métodos de construcción de sentido. Esto
es, el aprendizaje de guiones y símbolos capaces de ayudar al
alumnado a reflexionar sobre las experiencias de aprendizaje propuestas
por sus docentes. Los símbolos de la enseñanza son las
referencias utilizadas para facilitar el aprendizaje, por ejemplo, el
aula es el espacio cuya localización es tan diversa como aquella
donde es posible dialogar entre docentes y estudiantes. Este concepto
de aula como espacio de diálogo y comprensión es el que
orienta la experiencia de cada docente, a partir de estas consideraciones:
el diálogo es un proceso de intercambio, ideas y argumentos que
pueden elaborarse e intercambiarse entre diferentes interlocutores; es
posible que todos los integrantes del aula puedan dialogar en un plano
de responsabilidad y compromiso colectivos; esta participación
horizontal es el acicate de la equidad en el aula; los argumentos de
estudiantes y docentes son legítimos porque se basan en razones,
aunque ello no quiere decir que sean los predominantes, se pueden cambiar
y transformar en otros argumentos; cada estudiante es, por lo tanto,
un agente activo que expone sus opiniones.
Tabla 1
Clima de aula para el desarrollo del proceso de acción y reflexión
Clima: |
A |
B |
C |
D |
E |
F |
Clima: |
Clima poco favorable |
- |
-- |
- |
+ |
+ |
+ |
Clima favorable a |
a reflexión y Acción |
-- |
- |
|
|
+ |
+
+ |
Reflexión y Acción |
Acepatación de las normas
y valores dominantes |
O |
O |
O |
O |
O |
O |
Desafían los supuestos y valores dominates. Hay una actitud
crítica. |
Comportamientos centrados en las reglas y comunicaciones formales
y establecidas en el organigrama. |
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
El foco principal se centra en el fortalecimiento del frupo, como
la unidad de trabajo y referencia para tomar decisiones. |
Organización jerárquica y autoridad. |
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
Orientación hacia la participación y la autonomía
de los integrantes de la organización. |
Importancia de los riesgos individuales y colectivos en el proceso
de toma de decisiones. |
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
Se anima a los individuos a asumir ciertos riegos, no se percibe
miedo en las personas que asumen riesgos. |
Las acciones no se acompañan de reflexiones. Son acciones
rutinarias y procedimientos establecidos. |
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
O
|
Las acciones se acompañan de un aprendizaje de grupo desarrollando
una actividad. La forma de trabajo establecida es la colaboración
y cooperación. |
El aula como espacio simbólico
de las experiencias de aprendizaje
La construcción de un “clima” en el aula, que simbolice
el desarrollo del proceso de reflexión y acción, es un
ejercicio de negociación y contrato entre docentes y estudiantes.
En la Tabla 1, los elementos a negociar son: valores dominantes en el
aula; organización del aula en grupos; participación y
autonomía de estudiantes; responsabilidad y compromisos asumidos
por los estudiantes y trabajo en colaboración y cooperación.
Esta construcción política del aula no es ajena a los nuevos
procesos de trabajo (círculos de calidad) en las empresas comerciales
y de servicios que se caracterizan por la delegación de responsabilidad,
la toma de decisiones colectivas y, por lo tanto, la organización
horizontal de las relaciones sociales, y además, porque los cambios
en el mercado de trabajo influyen en que los contenidos son menos importantes
del cómo se ha aprendido: aprender cómo aprender.
En la tabla descrita cada docente parte del diagnóstico de la
situación, para ello utiliza una escala de seis niveles distribuidas
en dos bloques presencia (+) o ausencia (-) de las cuatro dimensiones
del clima del aula. Esta visualización del diagnóstico
orienta la percepción colectiva e individual de las metas a alcanzar
en el proceso de negociación.
La integración (e inclusión) de cada estudiante en el aula
es el objeto de la negociación, basándonos en diálogos,
intercambios, argumentos e interpretaciones de los diferentes elementos
necesarios para la planificación de la enseñanza, a partir
de criterios que desarrollan la interacción reflexión-acción,
por ejemplo apoyándonos en estos estándares:
1. Criterios epistemológicos. Estos criterios hacen referencia
a perspectivas adoptadas para la selección del contenido de la
enseñanza: desde una perspectiva histórico- cronológica,
reflejando las últimas teorías de una investigación
científica, desde la lógica de cada asignatura y área
de conocimiento u otras razones similares. Es importante en este criterio
la consideración de la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad
en la selección de los contenidos.
2. Criterios fácticos. Son marcos de referencia externos usados
para tomar decisiones, tales como la ideología de la institución,
el proyecto político y las normas de la Administración
educativa.
3. Criterios pedagógicos. Dentro de estos criterios hemos de mencionar
las metas, las actividades, seleccionadas, la evaluación del aprendizaje,
la secuencia y organización de los contenidos, es decir, el modelo
didáctico utilizado.
4. Criterios pragmáticos. Son aquellos donde los docentes toman
decisiones adaptándose a las circunstancias del aula y los recursos
disponibles. También, en este criterio hay que incluir la relación
docente-estudiante como un contrato existente o normas compartidas que
gobiernan el comportamiento de cada una de las partes.
5. Criterios psicológicos. Son aquellos criterios referidos a
la selección de contenidos adaptados a las características
y necesidades de los estudiantes. En este criterio las emociones ocupan
un lugar muy importante.
6. Criterios sociales e ideológicos. Son aquellos criterios referidos
a las circunstancias económicas de los estudiantes, sus necesidades
laborales y las formas de vida de los mismos.
7. Criterios de gestión del aula. La planificación de la
enseñanza no es sólo objeto de los contenidos que van a
estudiarse sino también la previsión de las relaciones
sociales que se quieren desarrollar en el aula, así como el clima
y las emociones que pretende crear el docente con el desarrollo de estos
conocimientos. Es importante incluir la existencia de conflictos en el
aula, la violencia y otras situaciones anómalas en el desarrollo
educativo.
8. Marcos de referencia. Son los fenómenos a los que prestan mayor
atención el profesorado universitario, así como los estudiantes.
El marco de referencia en la enseñanza universitaria son los principios éticos
de la sociedad civil: democracia, igualdad de oportunidades, responsabilidad
y compromiso con el trabajo escolar y el aprendizaje.
9. Criterios de preparación profesional. La formación en
la universidad parte de la consideración de creación de
elites sociales con capacidad de innovación, emprender ideas y
proyectos de mejora y cambio social. Supone el aprendizaje del significado
de las claves de la profesión en las diferentes vertientes de
procedimientos, elaboración de respuestas a situaciones novedosas,
la responsabilidad, compromiso social, el trabajo interdisciplinar y
en equipo.
10. Principios de la enseñanza. Este criterio buscar describir
los principios subyacentes en la práctica de enseñanza
del profesorado en las aulas universitarias. Las relaciones sociales
que anima a desarrollar el profesorado, el desarrollo personal y comunitario
del alumnado.
Este decálogo es una orientación de estándares
a considerar en la negociación o contrato de una propuesta de
enseñanza en el aula. Siempre, esta propuesta de planificación
es coherente con el clima de aula. Así, la relación estrecha
entre planificación de enseñanza y clima de aula es la
premisa ineludible del guión del proceso de aprendizaje en ese
espacio.
Propuesta de cambio de la creencia y la práctica de la enseñanza
El reto más inmediato de cada profesor es no reproducir la enseñanza
transmitiva. Esto no es fácil, porque hay que cambiar las creencias
sobre la enseñanza que han sido aprendidas a lo largo de toda
la vida escolar, al observar y experimentar cómo les enseñaban
y qué les exigían sus profesores. La evidencia del aprendizaje
de la profesión docente es el cambio en diferentes manifestaciones:
conocimiento, comportamiento, habilidades, estrategias, actitudes, etcétera.
La representación del proceso de cambio es una recreación
del Gráfico 2:
1. Construcción de la realidad. La relación entre gente,
eventos y actividades no es un contexto libre. Solamente puede comprenderse
completamente por una apreciación del contexto en el cual la gente
interpreta su mundo. El primer conocimiento necesario para la enseñanza
en el aula es la representación social del aprendizaje en el aula:
expectativas y ambiciones del alumnado; responsabilidades y compromisos
capaces de asumir; recursos utilizados para el aprendizaje; agenda de
estudiante, entre otras referencias.
Gráfico 4
Proceso de reflexión y acción en el aula
Procesos cíclicos |
|
Construcción de la realidad |
Investigación cooperativa |
|
Fortaleciendo el cambio |
2. Fortaleciendo el cambio. Lo que
hacen particularmente las estrategias de enseñanza es apelar a que los profesores se centren en los
problemas reales que están sucediendo aquí y ahora y relacionados
con las diferentes asignaturas. Cualquier cambio llevado a cabo por estrategias
de enseñanza busca el compromiso completo y la participación
de aquellos que están involucrados en dicho proceso.
3. Proceso de co-investigación. El proceso conjunto
significa que el alumnado coopera y colabora en la solución de problemas,
solución de proyectos u otras estrategias de enseñanza
grupal adoptadas en el aula.
4. Ciclos de acción y reflexión. La idea
es presentar un modelo cíclico de aprendizaje reflexivo:
4.1. Cada uno de los participantes expone su propia experiencia de aprendizaje
(dominio y comprensión de la enseñanza) y pericia que otorga
diversidad al aprendizaje existente. Esta parte del modelo es para afirmar,
reconocer y aceptar la diversidad, así como identificar los puntos
de acuerdo.
4.2. Las controversias, contradicciones y “fuegos cruzados” dentro
de los cuales nos encontramos a nosotros mismos tanto como colectivo
como individuos a los que otorgamos un significado.
4.3. Compartimos nuestras propias respuestas para algunos de los desafíos.
Sin embargo, las soluciones son tentativas: una exploración de
varios intentos para dirigir grandes temas a ras de suelo.
4.4. Esta fase de aprendizaje consiste en la conceptualización
así como en la acción. Además, porque el aprendizaje
es recursivo, ideas, iniciativas e innovaciones están menos valoradas
que las soluciones y teorías finales. Los planes de acción
no son tan rígidos en esta fase. Algunos autores se refieren a
un “doble lazo” en el ciclo, dentro del cual quedan abiertas
las alternativas, las cuales han sido planteadas por varias ideas. En
tanto que esta fase se trata de las opciones y las operaciones dentro
de las diferentes posibilidades de planteamiento de nuevas alternativas.
La flexibilidad es otra cualidad de la apertura, en tanto que ello implica
ser transparentes o explícitos sobre la procedencia conceptual
de estas iniciativas.
4.5. Esto significa que volvemos al principio. En este punto deberíamos
haber identificado algunos nuevos cursos de acción que seguir,
pero también necesitamos habernos aceptado entre sí afirmando
nuestra experiencia y conocimiento con lo que entramos de nuevo en el
ciclo.
Dificultades institucionales para
el desarrollo de estudiantes
Algunas dificultades de desarrollo de los nuevos símbolos y guiones
en el aula son característicos de las culturas institucionales
respecto a la primacía de la investigación básica
sobre la aplicada, las tecnologías empleadas en las aulas universitarias
y las creencias o teorías implícitas de la enseñanza
atribuida a estudiantes y docentes. Estas tres vertientes son indicativas
de la tradición y fuerza de las instituciones para conservar rutinas
propia de la enseñanza transmisiva, la promoción de reproducción
de conocimiento y la oralidad como recurso de comunicación más
utilizado. Esta interrelación la observamos en el Gráfico
5.
Referirnos al concepto institución es aludir a una realidad social
conservadora que regula el comportamiento de sus integrantes mediante
normas, costumbres, principios u otras referencias tácitas y explícitas
cuyo objeto es el control de esa realidad. Los recursos de control se
interpretan en la actuación ética: control democrático;
control corporativo; control y conservación del poder, etcétera.
Con otras palabras, el conocimiento de la cultura de las instituciones
nos remite a la política o los proyectos políticos (tácitos
o explícitos) de cada uno de los diferentes ámbitos de
la institución universitaria: gobierno de la universidad, facultades,
departamentos universitarios y áreas de conocimiento.
Mi interés de análisis es la resistencia al cambio manifestada
por los representantes institu
Gráfico 5
Dimensiones institucionales en las universidades
TECNOLOGÍA |
Estructura
de la institución |
INSTITUCIÓN |
INVESTIGACIÓN
|
Cultura de la institución |
ENSEÑANZA |
Concepto de enseñanza |
cionales. Las instituciones pueden funcionar
como mitos poderosos que favorecen las perspectivas de supervivencia
de las organizaciones, además
de la preservación de las normas de racionalidad como otra característica
a conservar. Los mitos institucionales trabajan en este sentido para
incrementar la legitimidad de la institución; por ello hay discrepancias
entre los cambios propuestos y la identidad de cada universidad; así,
la realización del proceso de aprendizaje propuesto es problemático.
Las imágenes y mitos que iluminan esa resistencia al cambio se
han prodigado en la literatura de las estructuras universitarias. Las
imágenes loosely coupled systems (Wick, 1976), organised anarchy’s
(March. y Olsen, 1976) , decentralised y professional systems (Mintzberg,
1983) disciplinary system (Clark, 1984) y garbage can (Cohen y March,
1974) representan los mitos de la universidad como organizaciones descentralizadas,
segmentadas, fuertemente profesionalizadas y heterogéneas en lo
que a la diversidad de oferta de asignaturas se refiere. Estos mitos
hacen referencia a las estructuras organizativas. El rasgo común
de las imágenes de estos mitos en la enseñanza basada en
transmisión de informaciones. La construcción de la crítica
a la institución universitaria se apoya en esta característica
común: la enseñanza transmisiva (Calvo de Mora, 2000)
Proyecto de cambio en el aula
para formar futuros docentes
Las debilidades en la planificación de la enseñanza son
diversas, la más evidente es la organización académica
en asignaturas, no así (una paradoja) en créditos de enseñanza
y aprendizaje, tal y como se propone en el informe técnico “El
Crédito Europeo y el Sistema Educativo Español” (Pagani,
2002). En otros trabajos (Calvo de Mora, J. 2000) he expuesto que las
asignaturas en las universidades son realidades aisladas, únicas,
privadas y teóricas -al menos en el terreno de las humanidades-
cuya metáfora más significativa que las representa es alimento-
cuchara que se proporciona al alumnado por cada docente. La suma y totalidad
de las cucharas cargadas de alimento constituyen el conocimiento curricular
de la formación intelectual y profesional del alumnado. Estas
disciplinas están identificadas por la existencia de departamentos
universitarios, que constituye el marco institucional de decisión
curricular (Becher, 1993). Tal perspectiva tiende a poner de relieve
un conjunto particular de hechos: la variación en cómo
las instituciones académicas eligen dibujar el mapa del conocimiento
en cada facultad; sea como una distribución que refleja el poder
de cada departamento en esa organización o mediante la agrupación
de campos
interdisciplinares, a partir de la existencia
de diferentes proyectos o programas. Ambas distribuciones son posibles,
pero lo complejo es buscar
un equilibrio entre las asignaturas convenientes a cada programa o “carrera” y
la búsqueda del equilibrio de poder entre diferentes departamentos
(Becher, op. cit: 19-20). En este terreno abonado al conflicto se olvidan
las perspectivas del aprendizaje expuestas, porque se adopta un modelo
de decisión cuantitativo basado en la expansión y ampliación
del poder en la institución. Es la práctica del modelo
agrícola de ganar terreno y vallarlo como una distinción
de poder de cada Departamento Universitario. Este modelo de planificación
es obsoleto, más bien el nuevo terreno para el conflicto y los
intereses es la estructura de la enseñanza en la universidad.
A mi entender, el cambio en la práctica de la enseñanza
se apoya en cuatro tendencias demandadas por la sociedad del conocimiento
y el aprendizaje: participación de estudiantes en el aula; interdisciplinariedad;
universidades como instituciones de investigación y acción
y formación de redes organizativas. El criterio de selección
de estas tendencias es el isomorfismo de trabajo en el aula y trabajo
en la empresa sustentada en la gestión del conocimiento y el desarrollo
de capital intelectual. Además, el contexto político y
administrativo del cambio es la tendencia a descentralizar las administraciones
educativas, hasta la consideración de cada centro escolar como
la referencia de la acción política. Esta tendencia hacia
mayor responsabilidad y compromiso, de personas integrantes de cada centro
escolar, en la acción educativa significa que la enseñanza
centrada en el aprendizaje necesita el desarrollo de las cuatro acciones
descritas. Por último, la formación de profesorado es necesaria
en este contexto de transformación; porque en el proceso de formación
de cada docente han de practicar las cuatro acciones citadas, que induce
la integración de los discursos propios de la psicología
social (participación en el aula); epistemología (interdisciplinariedad),
política (formación de redes) y la teoría corporativa
(cambio institucional).
Participación en el aula
La participación de estudiantes es la acción más
importante (Anderson, 1999). Las metas de la participación son
diversas. Primero, la productividad (Chubb y Moe, 1990) y, por otro lado,
equidad (Gintis, 1994) y en tercer lugar, la valoración de la
participación como una acción coherente y creíble.
En esta tercera dimensión las acciones de participación
y comprensión son importantes porque algunas de las características
de la comprensión como control del aprendizaje, la realización
de tareas, la auto evaluación requieren compromiso y responsabilidad
de estudiantes en el proceso (Pérez-Díaz y Rodríguez,
2001) El requisito de la participación en el aula es la motivación
intrínseca y extrínseca de docentes y estudiantes. Los
motivos internos son las expectativas personales y sociales de la acción
de aprender; los motivos externos, las recompensas institucionales hacia
la buena enseñanza y aprendizaje en el aula.
Interdisciplinariedad
El profesorado universitario ha sido formado en el terreno de una asignatura
y área de conocimiento, no justamente en las herramientas y
métodos de enseñanza de esas disciplinas. La formación
del profesorado es básicamente la investigación, los
métodos de pensamiento de su mundo de conocimiento, las relaciones
sociales entre colegas y sobre las estrategias y tácticas de
la carrera profesional. Pero dentro de la complejidad de actitudes
y estructuras que caracterizan a la universidad actual, y por tanto
al conocimiento, es necesaria la interconexión de áreas
de conocimiento evidentes para resolver un problema o diseñar
una línea de investigación. Esta insoslayable interdisciplinariedad
se ha trasladado a la enseñanza debido a la necesidad de construcción
de un mundo de conocimiento coherente e integrado en la mente de cada
estudiante. Este nuevo aprendizaje del trabajo de investigación
y enseñanza se rechaza si proviene de una imposición
de líderes universitarios, de las organizaciones económicas
y sociales que demandan esta formación en las encuestas de selección
de personal. La formación y el desarrollo no se puede imponer,
más bien al contrario: proponer nuevas estructuras y procesos
que orienten un cambio en el trabajo de estudiantes y docentes, por
ejemplo, a partir de tres acciones: producción de conocimiento
en el aula; diseminación del conocimiento y aplicación
de conocimiento (Egneus, Bruckmeier y Polk, 2000)
Producción de conocimiento
El proceso de comprensión del conocimiento está articulado
con la producción del mismo: a) La (re)construcción de
conocimiento significa que el trabajo interdisciplinar reconfigura el
conocimiento de las disciplinas y el conocimiento profesional, así como
el conocimiento de la comunidad científica, teorías y líneas
de investigación; b) Esta ampliación de las perspectivas
de análisis de la realidad significa que mientras el trabajo disciplinario
tiende a limitar el objeto de análisis, el trabajo interdisciplinar
no llega a “profundizar” sus análisis pero sí a
ampliar la visión del problema; c) Por consiguiente, la síntesis
significa que la interdisciplinariedad produce nuevo conocimiento, que
son las capacidades y habilidades requeridas para la investigación
interdisciplinar: diferenciación, comparación, contraste,
relación, clarificación y pensamiento multi-lógico.
Además del ejercicio de deconstrucción de las teorías
y supuestos establecidos como verdad, y el cambio de las respuestas aprendidas
a los problemas más significativos de cada área de conocimiento;
ello es posible porque la (re) producción no se apoya tanto en
la imitación sino en la reflexión. Esta reflexión
incluye análisis epistemológico y crítica del conocimiento
de cada disciplina.
¿
El alumnado puede producir conocimiento? La capacidad de comprensión
de la realidad no es una cualidad exclusiva del profesorado. Esta capacidad
de (re) construcción y comprensión de la realidad o los
hechos se observan a partir de dos acciones: a) Integración de
teorías y b) construcción de nueva interpretación
de la realidad. La primera -en las ciencias de la educación- significa
que nuestras teorías son el resultado de aplicaciones de las “Ciencias
Básicas” (Sociología y Psicología) al hecho
escolar y educativo. Cada estudiante es capaz de reconstruir de nuevo
este proceso de aplicación y transferencia de teorías básicas
a teorías aplicadas. Por otra parte, los problemas educativos
necesitan, hoy en día, nuevas integraciones de conocimiento, por
la evidencia del fracaso de aplicación de una sola teoría
o perspectiva a la solución de esos problemas (fracaso escolar,
violencia en las aulas, dificultades de aprendizaje, etcétera).
Esta práctica interdisciplinar llena el vacío de la relación
entre diferentes disciplinas y el conocimiento y comprensión del
nuevo carácter de los problemas educativos. Esta tendencia se
completa con líneas de investigación integradas y la colaboración
entre diferentes interesados e interesadas en la acción educativa
(profesorado y estudiantes universitario y profesorado de escuelas e
institutos, políticos, etcétera).
Diseminación de conocimiento
Mientras la investigación es el proceso donde emerge la interdisciplinariedad,
en la enseñanza o diseminación del conocimiento es donde
realmente tiene lugar esta acción interdisciplinar. La enseñanza
es, por tradición, un proceso de conocimiento construido por reflexión
y acción. La formación de cada docente universitario (su
capacidad de saber) influye en los contenidos que propone a sus estudiantes
y en las tareas de reflexión que suscita en el aula y cómo
estén estructuradas y orientadas dichas tareas. Por consiguiente,
la diseminación del conocimiento interdisciplinar es la clave
del proceso; para ello hay que tomar algunas decisiones estructurales
que ayudan a presentar informaciones y contenidos interdisciplinares
en el aula:
Tabla 2
Acciones básicas para la enseñanza interdisciplinar
Los principales componentes de los esfuerzos de la interdisiplinar
están concentrados en la promoción, desarrollo y realización
de las siguientes acciones: |
1. Diseño de curricula y cursos en los cuales se integra
el conocimiento procedente de diversas disciplinas. Este desarrollo
curricular tiene lugar en todos los cursos de los programas de formación
del profesorado.
2. Diseño y realización de cursos orientados hacia una meta común de conocimiento,
generalmente más multidisciplinar que interdisciplinar desde el punto de
vista de la integración. Por ejemplo, metas comunes significa mejorar habilidades,
competencias, actitudes y comportanmientos hacia el conocimiento (crítica,
reflexión, creatividad) desde la enseñanza de cada asignatura; convergencia
en la tranmisión o promoción de habilidades integradas en las diferentes
asignaturas.
3. Incorporación de la diversidad de conocimientos globales a conocimientos
tradicionales e incorporación de nuevas perspectivas de la educación.
4. Desarrollo o construcción de nuevas comunidades de aprendizaje en el ámbito
no formal e informal que puedan incorporarse a los procesos formales de
educación; por ejemplo conocimientos adquiridos por experiencias de estudiantes
en el ámbito escolar, en los medios de comunicación u otras fuentes de
información que propician difusión de la realidad educativa.
5. Deconstrucción en el aula de conocimientos interdsiplinares publicados
en artículos, capítulos de libros u otras referencias similares. Y diseminación
de ese conocimiento en las diferentes disciplinas correspondientes a cada
curso académico.
6. Desarrollo de métodos de investigación coherente y análogos entre diferentes
asignaturas. |
Estas acciones propuestas por la profesora Relke
indican el cambio cultural más importante de la formación de profesorado para escuelas
secundarias y primarias. Éstas últimas, ya han integrado
en sus propuestas formativas la interdisciplinariedad; el problema es
crear en la educación secundaria un sistema interdisciplinar.
Las decisiones respecto a acciones comunicativas integradas, promoción
de cooperación y colaboración docente, consensos entre
competencias cognitivas u otras convergencias han de aprenderse en el
periodo de formación inicial.
Integración en la aplicación
de conocimiento
La complejidad es un problema, no solamente desde un punto de vista analítico,
sino que se constata cuando se buscan las soluciones a los problemas.
Esta complejidad es una característica de las sociedades modernas
que represento como las capas de una cebolla: todas las interpretaciones
son verdaderas, pero al mismo tiempo parciales e insuficientes para comprender
globalmente la realidad. Por ejemplo, al elaborar un mapa conceptual
del problema de fracaso escolar las ramificaciones del problema son tan
extensas que es difícil reestructurar los programas de formación
para encarar esos temas conflictivos. En el problema mencionado es fácil
observar diversos discursos cuya naturaleza se caracteriza, por un lado,
la interdependencia y, por otro, parcialidad y relatividad del planteamiento.
En este mapa conceptual cada uno de los diez conceptos ofrece una interpretación
plausible del fracaso escolar, y cada uno de ellos es aplicable a la
situación de fracaso de cada uno o una de la población
estudiantil incluida en esta categoría. Ello indica la complejidad,
hoy en día, de los problemas: el mismo fenómeno es interpretado
desde discursos diferentes. Además, es necesaria la aplicación
y transferencia de conocimientos a nuevas situaciones de conocimiento
interdisciplinar.
Pienso que las claves conceptuales (transferencia y traslación
de conocimiento) definen las metas de la formación de estudiantes
universitarios. Transferencia de conocimiento significa aplicar conocimientos
producidos en un contexto científico a otro contexto culturalmente
diferenciado y caracterizado por la práctica (intervención)
y cotidianeidad de la resolución de problemas. Traslación
de conocimiento es una acción más sencilla pues indica
utilización de lenguajes procedentes de otras disciplinas a nuevas
disciplinas; por ejemplo, el concepto de acción social procedente
de la sociología de la organizaciones aplicado a la acción
los directivos de escuelas genera el término de micropolítica
en las escuelas. El conocimiento interdisciplinar, ya definido, induce
decisiones políticas de envergadura: cambios estructurales y cambios
políticos.
Mapa Conceptual del fracaso escolar
|
Fracaso escolar |
|
Situación familiar de cada estudiante |
|
Organización del sistema educativo |
|
Normas de evaluación del aprendizaje |
|
Formación del profesorado |
|
Gestión del aula |
|
Materiales de aprendizaje |
|
Motivaciones de estudiantes |
|
Expectativas sociales respecto a la educación
escolar |
|
Exigencias del mercado de trabajo |
|
Violencia en los contextos sociales y en los
medios de comunicación |
|
Universidades como organizaciones en red
El nuevo mito de la globalización justifica que la realidad simultáneamente
interdependiente y única. Es una nueva contradicción que
ha suscitado la posmodernidad. Además, como afirma Latham (2000)
las nuevas relaciones teoría y práctica denominadas “práctica
en la teoría y teoría en la práctica”, hay
que trasladarlos al lenguaje de las instituciones sociales como interconexión
entre aquellas dedicadas a la formación académica con las
destinatarias de aquellos egresados que trabajan o lo harán, sin
duda, en esos ámbitos organizativos e institucionales. Estas redes
interdependientes significan compartir conocimientos, personal, experiencias,
integración de conocimientos, desarrollos de aprendizaje, entre
otras acciones. Así, las nuevas políticas institucionales
encaminadas a ese propósito descrito son un ejercicio de necesidad
de supervivencia de quienes integran la red; sea para ganar más
legitimidad y crédito social, sea para incorporar a nuevas poblaciones,
para mejorar la competitividad u otras metas similares. También,
el caso único significa la conservación de la identidad
de cada organización e institución.
El terreno de los nuevos conflictos institucionales es la búsqueda
de culturas que integren diferentes procesos de aprendizaje, formas de
trabajo y relación social, definición de prioridades u
otras búsquedas de convergencia, por ejemplo, entre el trabajo
del profesorado en institutos de educación secundaria y facultades
de formación del profesorado de ese nivel. Pero, además
de la búsqueda de esa convergencia, los cambios estructurales
y formativos necesarios en ambas realidades citadas. Los intereses son
heterogéneos, contradictorios y, algunas veces, divergentes.
Universidades como instituciones
de investigación (aprendizaje)
No es una contradicción con el desarrollo de este trabajo: el
aprendizaje es una reflexión de y sobre la experiencia. Mi propuesta
es que la investigación básica y aplicada constituye la
principal referencia del aprendizaje significativo y profundo; porque
nuestros estudiantes “aprenden haciendo” actividades de búsqueda,
exploración, cuestionamiento, problematización, entre otras
estrategias de pensamiento crítico y creativo; por ello, la enseñanza
no es subsidiaria y marginal a la investigación, es, por el contrario,
la otra cara de la moneda: enseñanza e investigación.
El aprendizaje es una de las palabras clave de este trabajo. Este aprendizaje
tiene lugar cuando los sujetos, a través de la enseñanza,
experiencia y recursos disponibles, construyen y desarrollan la comprensión
del contenido curricular, actitudes, valores y destrezas. El concepto
clave de este proceso es aprendizaje en la acción que supone trabajar
sobre problemas y soluciones reales. Es una forma de aprendizaje mediante
la acción.
El aprendizaje en la acción es un proceso de búsqueda,
que comienza con la experiencia del desconocimiento sobre el “qué hacer” descubriendo
las respuestas que no están contestadas lo suficiente. Este proceso
de aprendizaje compartido es una forma de control abierto donde se crea
las condiciones para “forjar” una comunidad de aprendizaje,
tal que la gente están obligados a resolver problemas reales en
tiempos reales: El aprendizaje en la acción ha sido exitosamente
aplicado en un amplio rango de situaciones de la industria, el sector
de servicios y las universidades, así como en otros campos relacionados
con los trabajos de ayuda social y, sobre todo, para resolver problemas
de urbanismo, integración de comunidades y todos aquellos relacionados
con el aprendizaje de la convivencia. Específicamente este aprendizaje
activo ha sido utilizado para encarar problemas estratégicos hacia
la gestión y niveles de la administración; ayudar a los
desempleados a comenzar sus propias empresas; desarrollar gestores para
nuevas responsabilidades; desarrollar el alto potencial de los gestores;
mejorar la productividad en las empresas mediante el cambio de relaciones
sociales en las organizaciones; mejorar los servicios en salud y educación.
El marco institucional para el desarrollo de estudiantes es cada Departamento
Universitario. Las universidades modernas, al asumir el reto de crédito
como unidad de formación y práctica, han adoptado la decisión
de localizar en estas estructuras las decisiones expuestas anteriormente
(participación en el aula, interdisciplinariedad; red de organizaciones
e investigación). Las competencias asumidas respecto a contratación
y promoción del profesorado son responsabilidad de la institución
universitaria, que asume la gestión de los recursos humanos. Esta
tendencia ha sido la adoptada por la reciente legislación española.
Hacia una nueva institucionalización
de los Departamentos Universitarios: nuevas estructuras para el desarrollo
del aprendizaje activo
La nueva Ley Orgánica de Universidades establece en el Título
II, Capítulo I, Artículo 9 que los Departamentos Universitarios
son:
órganos encargados de coordinar las enseñanzas de una
o varias áreas de conocimiento en uno o varios centros, de acuerdo
con la programación docente de la Universidad, de apoyar las actividades
e iniciativas docentes e investigadoras del profesorado...
Esta acción de coordinar es intencionadamente ambigua. Mi interpretación
de la acción se apoya en otros artículos de esta Ley, por
ejemplo, en el apartado VII de la exposición de motivos se expone:
El auge de la sociedad de la información, el fenómeno
de la globalización y los procesos derivados de la investigación
científica y desarrollo tecnológico, están transformando
los modos de organizar el aprendizaje...
Esta transformación de la organización del aprendizaje
la he entendido como cambio hacia un aprendizaje en la acción
y, por otro lado, las nuevas políticas de enseñanza y aprendizaje
en el contexto de cada Departamento Universitario. La justificación
de esta tendencia es el crédito como unidad de docencia y práctica
implicada en el desarrollo de las diferentes asignaturas. Ello obliga
a definir relaciones entre créditos teóricos y prácticos.
Las tareas de los departamentos han cambiado. El resto de las acciones
(enseñanza e investigación) quedaban al margen del conflicto
debido a que se instalaron en la libertad personal y colectiva para investigar
y enseñar aquello que consideraban pertinente los protagonistas
de ambas acciones. Con otras palabras, eran unidades institucionales
centradas en el trabajo docente. Hoy en día, la paradoja más
notoria es la débil presencia del alumnado en la representación
política de cada departamento, al tiempo que la sociedad impele
a centrar la actividad de enseñanza e investigación en
demandas sociales, desarrollo local y regional y en la formación
de estudiantes protagonistas de la actividad profesional en esos ámbitos
sociales, regionales y locales. Es decir, la formación de nuevos
profesionales para nuevas formas de trabajo en el mercado y sociedad
correspondiente. Ello requiere la definición de estándares
de enseñanza y formación para nuestros estudiantes.
El departamento universitario es la “institución más
cercana al estudiante” (Zabalza Beraza, 2000) y sus tareas tienden
a desarrollar y ofrecer apoyo al aprendizaje y enseñanza que reconozca
las necesidades individuales, las diferencias, promociones, igualdad
de oportunidades y satisfacción de las necesidades educativas
de una población social y culturalmente diversa y geográficamente
dispersa. Además, cada Departamento Universitario tiende a proporcionar
a sus estudiantes oportunidades para desarrollar sus capacidades académicas,
profesionales y personales en el sentido de alcanzar altos estándares
de formación. Las metas estratégicas para aplicar estas
tendencias son:
1. Establecer un currículo que permita la elección; flexibilidad;
accesibilidad; e igualdad de oportunidades;
2. Construir un currículo que apoye y refleje las prioridades
económicas y culturales de la región y responda a las necesidades
de individuos y comunidades implicadas en la red de organizaciones interrelacionadas;
3. Desarrollar aproximaciones innovadoras al aprendizaje y la enseñanza
que permitan a los estudiantes adquirir capacidades personales y profesionales
necesarias para habilitarlos al aprendizaje permanente y contribuir al
bienestar de sus comunidades de referencia personal y profesional;
4. Establecer infraestructuras de información y comunicación
que ayuden al desarrollo de un aprendizaje centrado en el estudiante
y nuevas formas de evaluación del aprendizaje.
La palabra clave en la definición de estas políticas son
las necesidades de los estudiantes y la sociedad que apoya financieramente
la institución universitaria. Estos son los beneficios y oportunidades
para la población interesada e involucrada en la enseñanza
y aprendizaje. Las unidades institucionales de los Departamentos Universitarios,
tenderán a gestionar las decisiones pertinentes para esta población
descrita.
Discusión
La pregunta que ha suscitado este trabajo es ¿cómo mejorar
el compromiso y responsabilidad de estudiantes en su proceso de aprendizaje?
La formación académica del alumnado se ha sustentado en
la pasividad del cliente-consumidor que escoge aquel producto que le
satisface. Ese papel de consumidor ha ocultado al de productor de conocimiento
y las connotaciones de esa producción -análisis, pensamiento
creativo, pensamiento crítico y autonomía de aprendizaje-
son las competencias necesarias para adaptarse y comprender el cambio
permanente en la información y el conocimiento. Con otras palabras,
la meta de la educación universitaria y superior es la formación
permanente. Para ello habría que considerar que el alumnado universitario
no son “grabadoras” sino agentes activos del proceso de formación.
La mejora del compromiso y responsabilidad, a mi entender, se logra cambiando
los métodos de enseñanza.
Estos cambios son de carácter micro y macro estructural. En el
primer caso, el trabajo en el aula y la micropolítica del profesorado
universitario -agrupado en departamentos universitarios- son los dos
referentes más importantes. El aula en la universidad es un símbolo
que representa los diferentes espacios donde aprende cada estudiante
-biblioteca, sala multimedia, Internet, tutorías, lecciones magistrales,
conferencias- que definen la “agenda de trabajo” de cada
estudiante. Por otro lado, la micropolítica del profesorado significa
cambio en los espacios, tiempos y recursos que propiciaban el conflicto;
por ejemplo, ideas sobre enseñanza, intereses de estudiantes u
otras referencias objeto de diversas y contradictorias interpretaciones.
La nueva legislación universitaria ha trasladado esas competencias
a la institución de cada universidad. El nuevo terreno de juego
de los departamentos universitarios es diseñar y coordinar la
mejora de la calidad de la enseñanza, entre otros retos. En el
plano macro estructural, la tendencia de cambio de las universidades
es crear redes organizativas, propiciar la interdisciplinariedad en los
programas de formación y reconocer las actividades de enseñanza
e investigación como dos caras de la misma moneda.
La conclusión es proponer que los cambios en la enseñanza
centrada en el aprendizaje no son decisiones sujetas a la buena disposición
(voluntad) de docentes y estudiantes. Las decisiones incluyen, primero,
participación de toda la comunidad implicada en cada universidad,
participación de líderes universitarios para influir y
persuadir la bondad de los cambios y participación de profesorado
y estudiantes en ese proceso de toma de decisiones, para definir nuevas
reglas de juego. El nuevo campo de juego debería superar el esquema
del clientelismo, de aseguramiento de titulación universitaria
de manera gratuita. El nuevo terreno de juego es construir nuevas relaciones
sociales encaminadas a mejorar el compromiso y responsabilidad de estudiantes
y docentes respecto al proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por otra parte, los cambios en la enseñanza significan adquisición
de habilidades y competencias. Ello supone cambio en el proceso de control
y asumir una posición más liberal en el proceso educativo.
Las consecuencias de esta posición liberal son: mejora de las
disertaciones y conferencias en el aula de clase; mejora de los procesos
de asesoramiento y orientación del trabajo de cada estudiante;
nueva organización y distribución de los tiempos de clase
y tutoría; utilización de nuevas tecnologías para
mejorar la relación social, entre otros cambios. También,
esos cambios incluyen adoptar decisiones (Jonson, 2001) de nuevos recursos
necesarios para la interacción teoría y práctica.
Por ejemplo, la reducción del grupo de estudiantes son decisiones
de alto coste económico y político, debido a la reducción
de ingresos por matrícula y mayor rigor en la selección
de estudiantes que desean estudiar en la universidad. Pero también,
la selección y promoción de docentes universitarios y el
control del trabajo del profesorado son otras decisiones que, más
temprano que tarde, han de adoptarse como consecuencia del cambio de
enseñanza.
Todos los cambios van a encontrarse con resistencias políticas,
corporativas, emocionales, financieras o de otra índole. Lo importante
es saber en cada momento cuáles son las prioridades del cambio
y las estrategias para superar las resistencias. De entrada, podemos
orientar el cambio a mejorar el acceso del alumnado al contenido de las
asignaturas, proponiendo buenos materiales de aprendizaje, auspiciando
el aprendizaje constructivo con esos materiales, integrando el aprendizaje
autónomo con las clases directas u otras acciones similares. Con
otras palabras, en la agenda del cambio institucional lo prioritario
es mejorar el tratamiento que estudiantes y docentes dan al trabajo con
el contenido de cada asignatura en lo que se refiere a selección
de información, producción de información, diseminación
y organización del contenido y la aplicación del mismo.
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1 Por ejemplo ver Holian, (1999) “Doing action research in my own organisation:
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Paper 3.Blenkinsop, S. and Bailey, P. (1996). Emergent Conceptions of Subject
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presentada a International Conference, self- study in Teacher Education: Empowering
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Castle, East Sussex, England Agosto 5-8, 1996. Smith, Howard A. (1996): Self-Study
and the Development of Collective Knowledge. Comunicación presentada
a the International Conference, self- study in Teacher Education:Empowering
our Future, Herstmonceus Castle, East Sussex, England Agosto 5-8, 1996. «volver«.
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aceptan colaboraciones
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