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El
impacto de la educación superior en la ocupación y en
las remuneraciones por trabajo: el caso de la Zona Metropolitana de
la Ciudad de México
Jesús Francisco Estévez García
Director de Estudios Estadísticos de la ANUIES.
Correo e:
[email protected]; [email protected]
María Jesús Pérez García Candidata
a Doctora en Ciencia Social por El Colegio de México
Correo e:
[email protected]
Una propuesta teórica
Sabemos que la educación es una necesidad primordial para
los individuos, en la medida en que constituye uno de los requisitos
previos para que éstos alcancen una capacidad plena que
les permita seleccionar y llevar a cabo realizaciones propias
de forma autónoma y consciente (Doyal y Gough, 1994: 269
y ss.). Es claro, por otra parte, que obtener un grado de licenciatura
y/o postgrado, así como el área en la que se curse
la carrera, son en sí mismos resultado de elementos de
juicio, de elecciones personales que interconectan las perspectivas
que los estudiantes poseen sobre su probable futuro con el gusto
y las preferencias personales por determinadas temáticas
intelectuales, así como con las condiciones materiales
o recursos con los que cuentan en el momento de su elección.
Es evidente que la expectativa de los beneficios que, a mediano
y largo plazo, puede reportar la educación, se presenta
como un factor central de entre los que acabamos de mencionar;
esto podría explicar hechos como la tendencia decreciente
de la matrícula en áreas de conocimiento como ciencias
agropecuarias, forestales y otras que han sido debidamente documentadas,
si se demuestra que no están ofreciendo tantas oportunidades
para sus graduados en el mercado laboral. Ésta es una de
las vertientes que abordaremos sucintamente en las páginas
siguientes1 .
No obstante, lo que nos interesa resaltar aquí es un aspecto
que podríamos denominar estructuralista, esto es: el hecho
de que el desarrollo social y económico de un país
tiende a exigir cada vez más preparación de los
individuos, orientándolos a un continuo incremento y a
la mejora sistemática de su formación, para permitirles
alcanzar niveles socioeconómicos que previamente estaban
a disposición de cualquiera que hubiera cursado una escolaridad
media. El adagio popular “¿para qué estudiar
hoy en día si después trabajarás de cualquier
cosa?”, expresa claramente lo que queremos decir. Sin embargo,
tal como han señalado diversos autores, y como revelan
las prácticas de política social implantadas por
algunas dependencias gubernamentales en diferentes países,
la instrucción es un factor crucial en la probabilidad
de obtener un elevado nivel de bienestar, como ya se ha hecho
constar reiteradamente a lo largo del tiempo (BID, 1998; World
Bank, 1980: 14 y ss.)2 :
Un trabajador que ha alcanzado seis años de educación
(que equivalen a primaria completa en la mayoría de los
países de la región) y consigue por primera vez
un empleo, logra un ingreso por hora 50% más elevado que
quien no ha asistido a la escuela. La brecha se amplía
al 120% si se trata de un trabajador que ha alcanzado 12 años
de educación (que suele corresponder a secundaria completa),
y supera el 200% si ha alcanzado 17 años de educación
(universitaria completa) (BID, 1998: 41).
Adicionalmente, estas cifras que promedian
la situación
en Latinoamérica son diferentes cuando especificamos por
países. Puede notarse que en México se observan,
en mayor medida que en otras naciones de la región, diferencias
significativas al poner en relación el nivel de educación
de los individuos con sus remuneraciones laborales:
(…) En Brasil y México los trabajadores con seis
años de educación reciben casi el doble de ingresos
de quienes no tienen estudios, mientras que en Perú la
brecha se reduce a 40% y en la zona urbana de Argentina a 35%.
A los 12 años de educación, las diferencias de ingreso
con respecto a quienes no tienen educación alcanzan 170%
en los dos primeros países, mientras que en Perú y
Argentina llegan tan solo a cerca del 80%. Y a los 17 años
de educación las brechas son 280% en Brasil y 260% en México,
frente a cifras del orden de 160% y 145% en Argentina y Perú,
respectivamente (BID, 1998: 41).
Pero el mayor ingreso obtenido al incorporarse
al mercado laboral no es el único beneficio que la educación superior
otorga a quienes la poseen. Existe un factor adicional que conviene
tener en cuenta, y es que “al acumular años de experiencia,
el ingreso del individuo calificado aumentará continuamente,
mientras que el del trabajador sin educación casi no cambiará” (BID,
1998: 41).
Por otra parte, no podemos obviar la importancia que, nuevamente,
adquiere uno de los ejes más recurrentes de desigualdad
en el análisis de los fenómenos sociales. Una vez
más, debemos suponer que el sexo permite explicar algunas
de las diferencias que existen en el logro obtenido por hombres
y mujeres, lo que matizaría, junto a la edad de los sujetos,
cualquier relación que pudiéramos encontrar entre
sus grados de educación y su ocupación e ingreso
por motivos de trabajo (Arias y Patlán, 2002: 29 y ss.).
Esto se refleja perfectamente en los planteamientos expuestos
por el propio Banco Interamericano de Desarrollo:
Al margen de las diferencias en edad y
educación entre
hombres y mujeres, éstas reciben remuneraciones por hora
de trabajo que son significativamente menores a las de los hombres.
La brecha promedio para los 14 países considerados [entre
los que se encuentra México] es 14% (…) (BID, 1998:
41).
Resumiendo, el objetivo fundamental de
este artículo es
presentar evidencia empírica y elementos de reflexión
que permitan entender el vínculo entre la experiencia educativa
y el nivel de bienestar de los individuos, aproximado por sus
ingresos laborales. Sin embargo, para identificar y analizar los
determinantes de la probabilidad de que los individuos ocupados
obtengan altos ingresos por remuneraciones al trabajo, hemos de
tomar en consideración otros factores que nos permitan
precisar de mejor forma dicho vínculo, por lo que no podremos
obviar los indicadores relacionados con la posición en
el trabajo, la edad, el sexo, o las horas de trabajo.
Consideraciones metodológicas generales:
la fuente de los datos y el tratamiento de la información
Tanto las tablas que se presentan en este
apartado como el modelo de análisis multivariado ofrecido en el siguiente epígrafe
han sido obtenidos mediante el procesamiento y análisis
de los microdatos en soporte informático correspondientes
al XII Censo General de Población y Vivienda, elaborado
por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía
e Informática de México (INEGI) en el año
2000. Las cifras que se muestran en la Tabla 1 pertenecen a los
ciudadanos adultos residentes en la ciudad de México y
en los municipios conurbados del Estado de México.
Tabla 1
Escolaridad acumulada (años aprobados acumulados)
por delegación del DF y municipio de la ZMCM
Entidad y municipio |
N |
Media |
Mediana |
DF_Azcapotzalco DF_Coyoacán DF_Cuajimalpa de Morelos DF_Gustavo A. Madero DF_Iztacalco
DF_Iztapalapa DF_Magdalena Contreras, La DF_Milpa Alta DF_Alvaro Obregón DF_Tláhuac DF_Tlalpan DF_Xochimilco
DF_Benito Juárez DF_Cuauhtémoc DF_Miguel Hidalgo DF_Venustiano Carranza MX_Acolman MX_Atenco MX_Atizapán
MX_Coacalco MX_Cocotitlán MX_Coyotepec MX_Cuautitlán MX_Chalco MX_Chiautla MX_Chicoloapan
MX_Chiconcuac MX_Chimalhuacán MX_Ecatepec MX_Huehuetoca MX_Huixquilucan MX_Isidro Fabela MX_Ixtapaluca
MX_Jaltenco MX_Jilotzingo MX_Melchor Ocampo MX_Naucalpan de Juárez MX_Nezahualcóyotl MX_Nicolás Rubio
MX_Papalotla MX_Paz, La MX_San Martín de las Pirámides MX_Tecámac MX_Temamatla MX_Teoloyucan MX_Teotihuacán
MX_Tepotzotlán MX_Texcoco MX_Tezoyuca MX_Tlalnepantla MX_Tultepec MX_Tultitlán MX_Zumpango
MX_Cuautitlán Izcalli MX_Valle de Chalco Total |
303,815 442,621 95,964 818,401 277,153 1,111,510 145,337 55,880 451,177
185,410 377,374 221,865 268,962 361,824 248,536 313,775 35,158 19,673 285,294 162,163
6,128 19,218 46,813 121,342 12,463 43,926 10,745 262,811 978,650 20,330 111,492 4,706
163,609 18,831 8,260 22,231 537,012 770,996 155,633 2,011 120,257 11,854 99,674 5,196
36,616 25,885 34,904 117,653 11,066 467,521 54,240 259,007 58,338 281,905 174,826 11,258,041
|
9.8 10.9 10.1 9.4 9.7 8.9 9.4 8.1 9.5 8.9 10.0 9.0 12.2
10.3 10.5 9.6 7.9 7.9 9.1 10.1 8.5 7.6 9.2 7.4 8.3 7.7 8.4 7.0 8.4 7.6 8.9
6.5 8.3 8.7 6.9 7.9 9.1 8.6 7.5 8.5 7.9 7.7 8.4 7.9 7.2 7.8 7.7 8.7 8.0
9.4 8.2 8.6 7.5 9.7 6.8 9.1 |
9.0 12.0 9.0 9.0 9.0 9.0 9.0 9.0 9.0 9.0 9.0 9.0 12.0
10.0 11.0 9.0 9.0 9.0 9.0 10.0 9.0 9.0 9.0 8.0 9.0 8.0 9.0 6.0 9.0 9.0 9.0
6.0 9.0 9.0 6.0 9.0 9.0 9.0 8.0 9.0 9.0 9.0 9.0 9.0 8.0 9.0 9.0 9.0 9.0
9.0 9.0 9.0 8.0 9.0 6.0 9.0 |
Para llevar a cabo el proceso descrito
se extrajo y depuró la
matriz correspondiente al Distrito Federal, añadiéndose
a ésta los registros de las entidades municipales que conforman
la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), y
que quedó finalmente integrada por los núcleos urbanos
que se incluyen en la citada tabla. Por otra parte, si bien en
estas páginas no expondremos los resultados desagregados
por municipios y delegaciones, nos parece interesante que el lector
pueda conocer, junto a dichos núcleos urbanos, las diferencias
en el promedio de años totales de educación obtenidos
por los residentes de la ZMCM, como parte de una descripción
inicial, aunque somera, de las unidades de análisis a este
grado de exhaustividad3 .
Puede notarse que la Delegación Benito Juárez presenta
el mayor promedio de años de educación acumulados,
con algo más de 12 años por residente adulto; asimismo
la mediana, medida de tendencia central que no se ve afectada
por los valores extremos de la serie, prácticamente coincide
con este valor, lo que nos induce a pensar que existe una distribución
bastante homogénea de este nivel de escolaridad entre los
habitantes de esta demarcación. La delegación que
tiene el promedio más alto a continuación es Coyoacán,
donde la media de años de educación acumulados es
de casi 11 años y la mediana es de 12 años, lo que
inicialmente significa que existen personas con muy baja educación
que disminuyen el valor del promedio. En el otro extremo merece
la pena destacar los bajos niveles educativos comparativos de
Isidro Fabela, Valle de Chalco y Jilotzingo, cuyas poblaciones
no alcanzan el promedio de 7 años en la escolaridad acumulada
de sus residentes.
Un análisis descriptivo previo4
Para comenzar el análisis de la relación entre
la educación y los ingresos consideramos ineludible observar
si existe alguna vinculación entre los niveles académicos
alcanzados por las personas y el hecho de que participen o no
de manera activa en el mercado laboral. La Tabla 2 muestra claramente
que sí existe tal nexo. Debe notarse que sólo hay
dos categorías en las cuales la proporción de individuos
que no trabajan es mayor que la de aquéllos que sí lo
hacen5 ; éstas son la de los sujetos que no poseen instrucción
y la de aquéllos que únicamente alcanzaron preescolar
o kínder. En el primer caso se observa la escalofriante
cifra del 64.3% de inactivos; en el segundo caso esta cifra se
reduce al 51.6%, si bien sigue siendo evidentemente elevada.
Las personas con primaria que trabajan representan una proporción
ligeramente superior al 50% respecto al total de individuos de
su categoría. Nótese, en este sentido, que para
una persona con educación primaria existiría una
probabilidad aproximada de 0.5 “es decir, del 50%” de
trabajar o no. A partir de este nivel de escolaridad, todas las
categorías se acercan o superan el 60% de población
ocupada; en estos casos, el nivel educativo con menor inserción
laboral es el de aquéllos que poseen una carrera técnica
o comercial, con casi un 58% de ocupados, cifra que alcanza el
65% en los casos de secundaria, preparatoria o bachillerato y
educación normal. Puede verse, pues, el salto cuantitativo
que provoca el nivel de educación en la inserción
laboral de los individuos cuando éstos han superado el
grado de instrucción primaria, de tal forma que sus probabilidades
de obtener un puesto en el mercado de trabajo, considerando cada
categoría por separado, se amplía a cerca del 0.65.
Tabla 2
Tabla de contingencia TRAB_SN * nivel academico
Lo más relevante, sin embargo, es la inmensa brecha de
oportunidad que existe entre los niveles profesional (licenciatura),
y maestría y doctorado respecto a los anteriores. Los licenciados
entrevistados por el Censo se encontraban ocupados en prácticamente
un 71% de los casos, mientras que los que habían obtenido
algún posgrado alcanzaron el 85% de ocupación, cifra
que supera en 20% a la de la ocupación de aquéllos
que no llegaron al nivel de licenciatura; en aproximadamente un
35% respecto a los de primaria y preescolar, y en un 50% respecto
a la categoría “sin instrucción”. Es
evidente la distancia existente entre las diferentes categorías,
de modo que los sujetos con bajo nivel de estudios poseen una
escasa inserción en el mercado laboral; los individuos
con grados medios se encuentran ocupados, precisamente, en un
nivel intermedio y aquéllos que cursaron niveles superiores
obtienen los mejores resultados en su inserción, con apenas
un 15% de los entrevistados adultos excluidos del mercado laboral.
En esta misma línea argumental, podemos señalar
que una vez alcanzado el nivel de estudios de licenciatura la
inserción laboral es similar entre los graduados, independientemente
del área de estudios en la que se formaron. La Tabla 3
muestra claramente lo que indicamos.
Tabla 3
Tabla de contingencia TRAB_SN * Área de estudio
Puede verse que los porcentajes de licenciados
ocupados por área
son similares en todos los casos, con una pequeña oscilación
que se encuentra entre la desocupación del 31.7% para “Ciencias
de la salud” y la del 26% para “Ciencias Agropecuarias
y Forestales”. Nótese, pues, que hay un pequeño
rango de algo más del 5% en las cifras de ocupación
y desocupación de los distintos perfiles profesionales;
en cualquier caso es necesario hacer constar que las tres cuartas
partes de los profesionales en todas las áreas de estudio
se encuentran ocupados.
Ahora bien, la ocupación es sólo uno de los indicadores
que debemos tener en cuenta para observar los beneficios derivados
de obtener un mayor nivel educativo. Adicionalmente debemos considerar
las remuneraciones que pueden alcanzar los sujetos en función
de los años de estudio cursados. La Tabla 4 nos ofrece
el promedio de ingresos por nivel académico, pero controlando
las cifras por el sexo de las personas, requisito que se hace
necesario dadas las consideraciones que efectuamos en la propuesta
teórica con la que iniciamos estas páginas.
Si observamos la media de remuneraciones al trabajo para el conjunto
de los residentes de la ZMCM en cada nivel académico observaremos
una casi perfecta progresión entre ambas variables. El
lector puede apreciar cómo de los 1,633 pesos de remuneración
obtenidos en promedio por quienes no poseen grado educativo alguno,
se pasa a los 2,124 pesos, promedio, de aquéllos que sólo
obtuvieron preescolar y a los 2,237 pesos de quienes llegaron
hasta primaria, hasta alcanzar los 14,818 pesos de los maestros
y doctores. Obsérvese el salto cuantitativo en el ingreso
de los licenciados respecto al nivel más alto alcanzado
por las categorías de estudio intermedias (secundaria,
preparatoria o bachillerato, normal y carrera técnica o
comercial). Además, resulta impresionante el hecho de que,
a su vez, los maestros y doctores dupliquen el ingreso promedio
de los licenciados o profesionales y, en esta medida, tripliquen
el de la educación normal, que representa la categoría
de mayor ingreso dentro de dichos grados intermedios.
Otro de los análisis relevantes que podemos llevar a cabo
a partir de los datos de la Tabla 4 viene dado por la observación
de las diferencias en el ingreso promedio de los ocupados teniendo
en cuenta simultáneamente el nivel de estudios y el sexo.
Si bien México ha avanzado durante los últimos años
en el logro de una mayor igualdad entre hombres y mujeres con
relación a las condiciones en que se insertan y se desempeñan
tanto en el sistema educativo como en el mercado laboral, el hecho
de que, como se muestra en la Tabla 4, no existan todavía
categorías donde las mujeres igualen o superen el ingreso
promedio de los hombres revela la persistencia de rezagos en este
sentido6 . La brecha más significativa se encuentra entre
los y las maestros y doctores: los hombres reciben en promedio
17,214 pesos mensuales, mientras que la media de las mujeres es
de 10,251 pesos al mes; en el grupo de los que presentan el mayor
nivel de estudios (maestros y doctores) la desviación típica
en los ingresos por trabajo es de más de 18,000 pesos al
mes, cifra que pone de manifiesto la elevada desigualdad en las
remuneraciones por trabajo en esta misma categoría de estudios.
Esto último puede resultar lógico si atendemos al
hecho de que mayores cifras de ingreso implican, generalmente,
una mayor desviación de algunos casos atípicos o
extremos respecto a la media.
Tabla 4
Informe ingresos por trabajo mensualizado
Nivel academico |
sexo |
N |
Media |
Desv.
típ. |
Ninguno |
Hombre
Mujer
Total |
67616
59758
127374 |
1961.48026
1260.57949
1632.64998 |
2963.10959
1540.67551
2428.32607 |
Preescolar o kinder |
Hombre
Mujer
Total |
7209
4191
11400 |
2228.62394
1944.89644
2124.31675 |
2747.13575
7943.11852
5289.8327 |
Primaria |
Hombre
Mujer
Total |
1060315
580474
1640789 |
2548.57604
1667.97447
2237.03914 |
8167.05523
4124.11638
7021.25268 |
Secundaria |
Hombre
Mujer
Total |
1258941
511985
1770926 |
2846.47595
2184.18834
2655.00475 |
8128.05146
7740.43746
8023.53336 |
Preparatoria o bachillerato |
Hombre
Mujer
Total |
720405
304095
1024500 |
3951.25712
3134.27224
3708.75735 |
9591.5276
9672.35981
9622.82801 |
Normal |
Hombre
Mujer
Total |
7071
23307
30378 |
5504.08697
4692.92127
4881.73399 |
3228.47789
3323.43747
3319.27413 |
Carrera técnica o comercial |
Hombre
Mujer
Total |
195973
384210
580183 |
4051.85185
3289.39982
3546.93927 |
5369.26953
8111.95005
7310.57235 |
Profesional |
Hombre
Mujer
Total |
761068
435714
1196782 |
9574.34797
6102.07771
8310.19396 |
14863.2208
14431.7414
14802.1833 |
Maestría o doctorado |
Hombre
Mujer
Total |
64738
33957
98695 |
17213.789
10250.8221
14818.1107 |
21176.2516
11126.8193
18646.2267 |
Total |
Hombre
Mujer
Total |
4143336
2337691
6481027 |
4468.65201
3209.63328
4014.52696 |
10559.3055
9189.98632
10104.9524 |
Los datos de la Tabla 5 permiten ofrecer
interesantes conclusiones acerca de la relación entre el ingreso promedio por remuneraciones
al trabajo, la situación en el trabajo o posición
en la ocupación y el área de estudio. Entre los
empleados u obreros, quienes se formaron en las Ciencias Naturales
y Exactas presentan el ingreso promedio más elevado del
grupo, seguidos por los que estudiaron alguna carrera relacionada
con la Ingeniería o la Tecnología y por los que
estudiaron Ciencias Sociales y Administrativas. Las personas que
no obtuvieron un grado profesional muestran, tanto en ésta
como en las siguientes categorías, el menor ingreso promedio
por trabajo. Es importante tener en cuenta que en este grupo de
asalariados se encuentra el mayor número de licenciados
en Ciencias Agropecuarias y Forestales, pues si bien en términos
absolutos su presencia no es relevante (11,664 personas), representan
casi el 65% de todos los licenciados en esta área. Los
empleados de esta disciplina son, por otra parte, los que menor
ingreso reportan después de los licenciados en Educación
y Humanidades, cuyo promedio es de 5,789 pesos al mes.
En el caso de los jornaleros o peones, una de las categorías
ocupacionales que, habitualmente, goza de peores condiciones laborales,
llama la atención la presencia mayoritaria de las personas
con grado inferior a licenciatura, pues su incidencia alcanza
el 99% de los ocupados clasificados en esta posición, lo
que nos indica la baja posición ocupacional en la que se
insertan laboralmente. Es necesario señalar que el número
de casos que aparece para las diferentes áreas de estudio
con grado igual o superior a licenciatura en esta categoría
de jornaleros o peones no es representativo, en absoluto, para
obtener conclusiones acerca de sus promedios de ingreso. Sin embargo,
sí es representativo para indicar, con claridad meridiana,
que una vez alcanzados determinados niveles educativos no se ingresa
en el mercado laboral en las categorías ocupacionales inferiores.
En el grupo de los patronos destaca la media de las remuneraciones
laborales que reciben los licenciados en Ciencias Sociales y Administrativas,
pues la cifra supera los 22,500 pesos mensuales. A este grupo
siguen, en importancia, los profesionales en alguna carrera de
Ingeniería y Tecnología así como los que
se capacitaron en Ciencias Naturales y Exactas. Nuevamente, los
individuos que no obtuvieron algún grado académico
presentan el menor ingreso promedio por trabajo. Es necesario
hacer constar tres cosas:
• Que la categoría de patronos
en la ZMCM se nutren muy escasamente de los licenciados, maestros
y doctores en ciencias
agropecuarias y forestales.
•
Que es la categoría ocupacional en la que se dan las mayores
remuneraciones al trabajo, como puede notarse no sólo en
el promedio de ingresos de los titulados en ciencias sociales
y administrativas sino también en la media total (14,568
pesos al mes).
•
El gran número de titulados en Ingeniería y Tecnología,
y Ciencias Sociales y Administrativas que se encuentran en dicha
categoría ocupacional.
Como trabajadores por su cuenta, los graduados
en Ciencias de la Salud son los que reportan un mayor promedio
de ingresos, seguidos
por los de Ciencias Sociales y Administrativas. Debe notarse nuevamente
la gran brecha o diferencia de ingresos entre aquéllos
que poseen un grado inferior a licenciatura en esta categoría
ocupacional y todos los grupos que igualan o superan ese grado
sea cual sea el área de estudio.
Tabla 5
Informe ingresos por trabajo mensualizado
Situación en el trabajo |
Área de estudio |
N |
Media |
Desv. típ. |
Empleado u obrero |
Ingeniería y Tecnología
Ciencias Naturales y Exactas Ciencias Agropecuarias y Forestales
Ciencias de la Salud Educación y Humanidades Ciencias Sociales y Administrativas Grado inferior a Licenciatura
Total |
211961
68285 11664 80231 167556 443093 3760101 4742891 |
8819.53189
8967.48299 7096.83205 7402.78301 5789.0132 8540.37722 2823.27214
3906.56357 |
12325.7735
13170.812 8359.16417 11156.9167 10965.8224 11490.413 8014.2981
9154.65776 |
Jornalero o Peón |
Ingeniería y Tecnología
Ciencias Naturales y Exactas Ciencias Agropecuarias y Forestales
Ciencias de la Salud Educación y Humanidades Ciencias Sociales y Administrativas Grado inferior a Licenciatura
Total |
297
40 55 98 26 341 81277 82134 |
5698.88552
2367.95 2980.70909 6423.46939 1462.42308 4167.12903 1843.98199
1873.92632 |
11122.7266
1455.55921 2329.76618 6464.71471 779.170183 5738.39393 1603.86734
1811.94747 |
Patrón |
Ingeniería y Tecnología
Ciencias Naturales y Exactas Ciencias Agropecuarias y Forestales
Ciencias de la Salud Educación y Humanidades Ciencias Sociales y Administrativas Grado inferior a Licenciatura
Total |
22335
4171 1050 4263 4055 33918 73096 142888 |
19597.9516
19318.351 12899.4467 16984.8311 13502.8032 22578.519 8985.51022
14568.2267 |
28127.1601
24270.042 13117.1515 15992.3591 15522.7721 46047.9179 15950.4762
28741.3036 |
Trabajador por su cuenta |
Ingeniería y Tecnología
Ciencias Naturales y Exactas Ciencias Agropecuarias y Forestales
Ciencias de la Salud Educación y Humanidades Ciencias Sociales y Administrativas Grado inferior a Licenciatura
Total |
47471
9285 4972 28040 20090 85182 1230792 1425832 |
8800.53043
8240.27959 6606.18021 9715.51081 6799.50119 9357.50389 2856.44673
3681.31343 |
9517.99011
11205.805 5618.00689 22081.6464 9838.01366 17256.9622 7773.55403
9447.33938 |
Trabajador familiar sin remuneración |
Ingeniería y Tecnología
Ciencias Naturales y Exactas Ciencias Agropecuarias y Forestales
Ciencias de la Salud Educación y Humanidades Ciencias Sociales y Administrativas Grado inferior a Licenciatura
Total |
2796
967 315 1108 1435 5064 89163 100848 |
0
0 0 0 0 0 0 0 |
0
0 0 0 0 0 0 0 |
Total |
Ingeniería y Tecnología
Ciencias Naturales y Exactas Ciencias Agropecuarias y Forestales
Ciencias de la Salud Educación y Humanidades Ciencias Sociales y Administrativas Grado inferior a Licenciatura
Total |
284860
82748 18056 113740 193162 567598 5234429 6494593 |
9571.64782
9299.6463 7162.81208 8259.11238 6012.45464 9423.06256 2853.82768
4005.31296 |
14128.5324
13900.8762 8172.56029 14905.973 10999.4848 16918.8014 8038.65165
10089.8504 |
La categoría de los trabajadores familiares sin remuneración
está integrada fundamentalmente por las personas que no
alcanzaron el grado de licenciatura. Finalmente, el promedio de
ingresos considerando el total de categorías ocupacionales
resulta ser mayor para licenciados y posgrados en Ingeniería
y Tecnología, seguidos por Ciencias Sociales y Administrativas,
y Ciencias Naturales y Exactas. El menor ingreso promedio por áreas
de estudio se observa en Educación y Humanidades (6,012
pesos al mes), lo que queda muy por encima del obtenido por los
que no alcanzaron el grado de licenciatura (2,854 pesos mensuales).
Un modelo de regresión logística
Con las descripciones anteriores podemos
explorar las relaciones entre las diferentes variables que consideramos
teóricamente
implicadas en la probabilidad de obtener altos ingresos. Es claro,
sin embargo, que dichas exploraciones no permiten poner en relación,
de manera simultánea, todos los indicadores que, según
nuestro planteamiento teórico, deberían ser tenidos
en cuenta. Esto hace necesaria la aplicación de un modelo
multivariable en la medida en que nos permitirá controlar,
a un mismo tiempo, el efecto de cada variable dejando constante
el resto, por lo que podemos identificar exactamente la aportación
que cada uno de los indicadores realiza a la explicación
de la varianza total de la variable dependiente.
De manera más específica, el modelo de regresión
logística resulta pertinente cuando, como en el problema
que nos ocupa, la variable dependiente es dicotómica (el
individuo cobra o no un monto que se encuentra por encima del
percibido por el 75% de la población adulta ocupada de
la ZMCM) y el objetivo es determinar la probabilidad de que se
dé una u otra categoría de dicha variable conociendo
los valores de las variables independientes seleccionadas. Recordemos
que se pretende evaluar el impacto de un conjunto de indicadores
sobre la probabilidad de que una persona obtenga altas remuneraciones
por trabajo. En nuestro caso hemos operacionalizado la expresión “altos
ingresos” empleando como umbral el percentil 75; en otras
palabras, el ingreso de aquéllos que perciben igual o más
dinero que el 75% de todos los residentes adultos ocupados en
la ZMCM7 ,8 . Al respecto, es necesario especificar que la regresión
logística se aplicó sobre el grupo de mayores de
18 años que declararon trabajar o que, aun diciendo lo
contrario, fueron rescatados como trabajadores en la verificación
posterior, ya que se constató que llevaron a cabo alguna
actividad económica y recibieron ingreso como pago por
dicho trabajo. Para la ejecución del análisis multivariado
el archivo de los microdatos fue ponderado con el fin de representar
al conjunto de la población.
La forma funcional general de la regresión logística
puede apreciarse en la siguiente expresión (Dallas, 1998:
287 y ss.):
Esto significa que la probabilidad de
que suceda el evento estudiado conociendo el valor que adoptan
las variables independientes del
modelo se calcula tomando en el numerador la base de los logaritmos
naturales elevada a los coeficientes de las variables independientes
por el valor de las mismas, y situando en el denominador la misma
expresión más la unidad. En última instancia,
este procedimiento compara la probabilidad de que ocurra un suceso
(en nuestro caso obtener altos ingresos) contra la probabilidad
complementaria (no obtenerlos), a la vista de los valores que
adoptan las variables predictoras o independientes. Las b obtenidas
serán, pues, las medidas de los cambios en el odds ratio,
o ratio de probabilidades, de forma que cuando un coeficiente
b sea positivo, el efecto del indicador al que se refiere esa
b incrementará la probabilidad del suceso. En este sentido,
un coeficiente con valor igual a 0 provocará un odds ratio
de 1, lo que no afectará a la probabilidad del suceso evaluado
mediante la variable dependiente (Hair et al., 1999: 281 y ss.).
Como consecuencia del marco teórico que expusimos al inicio,
hemos empleado los siguientes cinco indicadores correspondientes
a las características de las personas reflejados en el
Censo del año 2000:
a) Área de estudio (AREA_EST): este indicador, construido
por nosotros, especifica las disciplinas cursadas por los titulados
en educación superior, y añade como categoría
de referencia el grupo de los sujetos que no alcanzaron el nivel
de licenciatura, por lo que la interpretación de los resultados
se lleva a cabo en comparación con dicha categoría,
que no aparecerá dentro del modelo. La variable adopta
siete valores, codificados del siguiente modo: AREA_EST (1) Ingeniería
y Tecnología; AREA_EST(2); Ciencias Naturales y Exactas;
AREA_EST(3) Ciencias Agropecuarias y Forestales; AREA_EST(4) Ciencias
de la Salud; AREA_EST(5) Educación y Humanidades; AREA_EST(6)
Ciencias Sociales y Administrativas y AREA_EST(7) Grado inferior
a licenciatura.
b) Edad: viene expresada en años cumplidos, y ha sido considerada
una variable métrica sobre la que no se establece categoría
de referencia.
c) Sexo: es un indicador dicotómico en el que tomamos a
las mujeres como categoría de referencia (por lo que ésta
no aparece en el modelo), de forma que el coeficiente obtenido
nos indicará hasta qué punto el hecho de ser hombre
incrementa o disminuye la probabilidad de tener altos ingresos
respecto al hecho de ser mujer.
d) Situación en el trabajo (SITTRA): variable que expresa
la posición en el empleo de los adultos ocupados, y cuyas
categorías son: SITTRA(1) Empleado u obrero; SITTRA(2)
Jornalero o peón; SITTRA(3) Patrón; SITTRA(4) Trabajador
por su cuenta y SITTRA(5) Trabajador familiar sin remuneración
(esta última es la categoría de referencia, también
ausente del modelo).
e) Horas en el trabajo (HORTRA): se trata de otra variable métrica
que se introduce directamente en el modelo y que no posee categoría
de referencia alguna.
Teniendo en cuenta nuestro planteamiento,
el modelo de regresión
logística quedaría formulado como se muestra a continuación:
Donde,
P(Yaltos) es la probabilidad de que un individuo adulto ocupado
residente en la ZMCM reciba ingresos altos como pago por su
trabajo (esto es, un monto que supere la cantidad recibida por
el 75% de la población ocupada residente en esta misma área
geográfica);
e es la base de los logaritmos naturales,
b0 es la constante del modelo, o valor que adopta la variable
dependiente cuando no existe efecto de las independientes,
b1 area_est representa el impacto que posee el indicador “área
de estudio” sobre la probabilidad de que el individuo adulto
ocupado obtenga altos ingresos respecto a la probabilidad de que
no obtenga ingresos elevados cuando esta variable independiente
adopta el valor 1;
b2 edad representa el impacto de un cambio unitario en el indicador “edad” sobre
dicha relación de probabilidades,
b3 sexo representa el peso del indicador “sexo”, y
tiene una interpretación similar a la del área de
estudio y la situación en el trabajo,
b4 sittra representa el efecto del indicador “situación
en el trabajo”;
b5 hortra representa el efecto de las “horas de trabajo”,
y su interpretación es equivalente a la de la edad, el
otro indicador de tipo métrico introducido en el modelo.
Los resultados del modelo multivariable
Antes de analizar detalladamente los resultados
del modelo de regresión logística conviene referir que los coeficientes
del ajuste global del modelo, con los indicadores mencionados,
son significativos; que la varianza explicada, según el
coeficiente de Nagelkerke, es de 0.32, y que la capacidad de predicción
resulta elevada, como se puede presentar en la Tabla 6. En dicha
tabla se observa que el modelo identificado permite clasificar
correctamente casi el 53% de los casos que cumplen la condición
de tener ingresos altos, y el 82% considerando ambas categorías
(cumplen y no cumplen dicha condición):
Tabla 6
Tabla de clasificación
Observado |
Pronosticado |
Ingreso por trabajo que supera el del 75% de la
población ocupada |
Porcentaje correcto |
No |
Sí |
Ingreso por trabajo que supera el del 75% de la población ocupada
No
Sí
Porcentaje global |
359232.58 62370.3488
|
31446.2832 68839.2677
|
91.9508614 52.4651085 82.0236246 |
La Tabla 7 nos detalla el valor de los
coeficientes para todas las categorías de las variables implicadas en el análisis;
como puede observar el lector (véase columna 6 de la Tabla
7), todas estas categorías son significativas hasta los
3 decimales9.
Considerando el área de estudio y controlando el efecto
del resto de las variables del modelo, observamos que la titulación
en Ciencias de la Salud (AREA_EST(4)) es la que provoca una mayor
probabilidad de recibir altos ingresos respecto a la categoría
de referencia en esta misma variable (no tener grado de licenciado);
esto es: su Exp(B) es igual a 13.985, lo que significa que ser
licenciado o posgraduado en esta área de conocimiento incrementa
en casi 14 veces la probabilidad de recibir altos ingresos con
relación a quienes no obtuvieron estudios superiores. Nótese
cómo el control del resto de los indicadores nos muestra
que la mayor aportación viene dada por una disciplina que,
en el análisis descriptivo previo, aparecía como
una categoría cuyo efecto era intermedio entre las Ciencias
Sociales y Administrativas (AREA_EST(6)), por un lado, y las Ciencias
Agropecuarias y Forestales (AREA_EST(3)) por el otro.
Tabla 7
Variables en la ecuación
El efecto menos importante, aunque relevante,
es el que se observa en el caso de las Ciencias Agropecuarias
y Forestales, cuyo Exp(B)
implica que haber cursado dicha disciplina incrementa en nueve
veces la probabilidad de obtener ingresos altos con relación
a no poseer un grado profesional. El resto de las categorías
de esta variable se encuentra entre ambos valores, que el lector
podrá interpretar con facilidad a partir de las consideraciones
anteriores.
A continuación observamos que la edad, que consideramos
inicialmente un indicador relevante por su potencial relación
con la experiencia laboral y con los ingresos que ésta
pudiera significar, presenta un efecto menor sobre la variable
dependiente: el incremento en un año de edad aumenta la
probabilidad de obtener ingresos altos en 1.021 unidades. Laxamente,
podríamos señalar que según este modelo se
requerirían algo menos de 13 años de experiencia
para que el efecto sobre la probabilidad de alcanzar elevados
ingresos fuera equivalente al que produce haber cursado una carrera
en Ciencias Naturales y Exactas (AREA_EST(2)) con relación
a no tener título de licenciado. El sexo, como ya habíamos
constatado en la exploración previa de los datos, posee
un impacto más relevante, aunque menor (su Exp(B) es igual
a 1.381) si tenemos en cuenta los indicadores de área de
estudio y situación en el trabajo.
Es necesario recordar que la magnitud de los Exp(B) en la variable área
de estudio se obtienen de la comparación con una categoría
que, aun siendo cualitativamente inferior a las demás,
puede incluir varios años de escolaridad, como es el caso
de quienes estudiaron normal, carreras técnicas o comerciales,
preparatoria u otros niveles menores. En el caso de la situación
en el empleo, debemos entender que la magnitud de los Exp(B) se
ve notablemente incrementada porque la categoría de referencia
está integrada únicamente por quienes no poseen
ingreso, es decir, carecen absolutamente de la propiedad que estamos
midiendo.
Entre las distintas opciones de la variable situación en
el empleo es especialmente relevante el impacto que posee sobre
la probabilidad de obtener altos ingresos el hecho de ser patrón
respecto a ser clasificado como trabajador familiar sin remuneración.
Recordemos en este punto que del total de los titulados en ciencias
sociales y administrativas, el 5.9% pertenece a esta categoría,
así como el 7.8% de los ingenieros y tecnólogos,
el 5.8% de los que estudiaron Ciencias Agropecuarias y Forestales,
el 5% de los que se formaron en Ciencias Naturales y Exactas,
el 3.7% de los profesionales de la salud, el 2% de quienes se
graduaron en Educación y Humanidades y sólo el 1.3%
de los individuos que no obtuvieron un grado de licenciatura.
Por otro lado, y como era previsible, el menor impacto de esta
variable se debe a la categoría de jornalero o peón
(SITTRA(2)). Las horas de trabajo, finalmente, poseen un impacto
prácticamente nulo en el caso de la población analizada.
Conclusiones
Obviamente, en este artículo sólo hemos tratado
una pequeña parte de una problemática que resulta
multidimensional. Mostramos en él cuál es la relación
empírica existente entre los niveles educativos de la población
y su capacidad para situarse en el cuartil superior de ingresos
por trabajo de la población residente en la ZMCM. Como
se indicó en un inicio, la educación impacta tanto
en la probabilidad de obtener un empleo como en la de incrementar
sustancialmente el nivel de ingresos derivados de éste.
Hemos visto, por otra parte, que no existen demasiadas diferencias
en los beneficios procedentes de las diversas disciplinas cursadas,
si bien es claro que el área de Ciencias Agropecuarias
y Forestales es la que posee resultados que, en términos
comparativos, son menos esperanzadores. Por lo demás, lo
menos esperanzador para un individuo que pretenda insertarse de
manera exitosa en el mercado laboral es no estudiar y, en su caso,
no alcanzar niveles de instrucción superiores.
Sin embargo no todo depende de cuánta educación
se ofrezca o se reciba: las autoridades educativas poseen la obligación
de observar y regular cómo se imparte esa educación,
porque como ya señaló Jaggar (1983: 152): “La
enseñanza que se dé a los jóvenes y la forma
como se les imparta dependerá del tipo de adultos a que
se aspire”.
Referencias
Árias Galicia, Fernando y Juana Patlán (2002). “La
situación laboral de los estudiantes y su relación
con algunas variables demográficas en cuatro facultades
de la UNAM”, Revista de la Educación Superior, Vol.
XXXI (2), No. 122.
ANUIES, Mercados laborales de profesionistas en México.
Diagnóstico y prospectiva al 2010, México, (en prensa).
Puede consultarse un extracto en http://www.anuies.mx/anuies/ciesa/ciesa.htm
BID, (1998). América Latina frente a la desigualdad. Progreso
económico y social en América Latina. Informe 1998-1999,
Washington, BID.
Dallas E., J. (1998). Métodos multivariados aplicados al
análisis de datos, México, International Thomson
Editores.
Doyal, Len y Ian Gough (1994). Teoría de las necesidades
humanas, Barcelona, Icaria y Fuhem.
Hair et al. (1999). Análisis multivariante, Madrid, Prentice
Hall.
INEGI (1999). Estadísticas de empleo con enfoque de género,
México, INEGI.
Microdatos del XII Censo Geneal de Población y Vivienda,
México, INEGI, 2000.
Jaggar, A. (1983). Feminist politics and human nature, Brighton,
Harvester.
Shonfield, A., and Stella Shaw, (eds.) (1972). Social indicators
and social policy, London, Heinemann Educational Books.
Valdés Echenique, T. y Enrique Gomáriz Moraga (coords.),
(1993). Mujeres latinoamericanas en cifras, Madrid, Ministerio
de Asuntos Sociales y Chile, FLACSO.
World Bank (1980). Poverty and Human Development, NY, WB.
PIES
1 Véase,
por ejemplo, ANUIES, Mercados laborales de profesionistas en
México. Diagnóstico y prospectiva al 2010, México,
en http://www.anuies.mx/anuies/ciesa/ciesa.htm.«volver«
2 En
México, cabe mencionar la existencia del Programa Nacional
de Becas para la Educación Superior (PRONABES), que facilita
el ingreso y la continuidad en los estudios para los alumnos
con escasos recursos. De forma similar, Oportunidades y, recientemente,
Jóvenes con Oportunidades, han sido diseñados
para garantizar que los niños y jóvenes de hogares
con menos ingresos puedan comenzar con éxito su trayectoria
educativa.«volver«
3 Este apartado está basado en el texto de R. Dale “The construction o fan european education space and education policy”. Ver pag. web FOREDUCATION.«volver«
4 “Programa de trabajo detallado para el seguimiento de los objetivos concretos de los sistemas de educación y formación en Europa”(CE,
2001).«volver«
5 «volver«
6 Para una
revisión sobre este particular pueden verse publicaciones específicas
como Valdés Echenique, T. y Enrique Gomáriz Moraga (coords.),
(1993), Mujeres latinoamericanas en cifras, Madrid, Ministerio de Asuntos
Sociales y Chile, FLACSO. También puede INEGI (1999), Estadísticas
de empleo con enfoque de género, México, INEGI, y comparar
las cifras con las Encuestas Nacionales de Empleo y Empleo Urbano de
años anteriores para observar la mejoría en la situación
relativa de la mujer en el seno de la sociedad mexicana «volver«
7 «volver«
8 «volver«
9 Esto significa que existe
una probabilidad igual a 0.000 de que el efecto identificado para las
variables independientes se deba al azar y no a una relación
efectiva entre éstas y la variable dependiente. Por lo tanto,
podemos afirmar con un elevado nivel de certidumbre que estos indicadores
pueden ser tomados como determinantes de la probabilidad de que los
sujetos posean o no un alto nivel de ingresos por remuneraciones al
trabajo.«volver«
Estudios
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incentivos: el caso argentino.
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la sociedad moderna
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